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Mira

30, enero 2022 - 14:35

┃ Karen Morán

Subió la Torre Latino dominando el balón

POR MIGUEL ÁNGEL MÚJICA
FOTOS: OSWALDO FIGUEROA

Dominar la Torre Latinoamericana no cualquiera lo ha hecho. Abraham Muñoz se propuso romper dos marcas frente al grandísimo inmueble que domina la calle Francisco I. Madero y que suele ser el máximo acompañante del Palacio de Bellas Artes. El Soccerman tuvo la preparación para subir los escalones de uno de los edificios más grandes de México con su mejor amigo en los pies. Dominar el balón, subir y bajar, fue el reto de un hombre que quiso siempre dar un ejemplo, no solamente a los jóvenes, si no a la Selección Mexicana, de que si el puede romper paradigmas e implantar marcas, cualquier mexicano lo puede lograr.

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De Zinapécuaro, Michoacán, Abraham llegó tempranito a las instalaciones de la torre con una sola misión. Después de un pequeño análisis de las escaleras, lo vio complicado. “Híjole, me estoy echando para atrás”, bromeó luego de ver los escalones del vetusto escenario que enfrentaría.

“Vamos a darle, estoy muy contento de tener a tanta gente aquí, vamos por todo, se puede, se puede”, remató antes de comenzar su hazaña.

Muñoz tomó el camino largo. Las escaleras comenzaron a ser sus aliadas, pero no las paredes. Pegado a las escaleras y con los números creciendo en su espalda, Abraham siguió con su camino desde el primer piso y hasta la zona más alta.

Fueron 18 minutos con 51 segundos los que tardó en subir todos los pisos del inmueble. Exhausto de piernas, pero no de ánimo, en lo más alto y con el esférico rodeándole, se dijo listo para la bajada. “Es en esta parte donde las cosas se ponen complicadas, porque están muy cerradas las curvas de las escaleras y con mucho cansancio, pero podemos, siempre podemos, vamos por más”, continuó.

Abraham no se detuvo, comenzó a bajar rapidísimo con la finalidad de vencer esos 40 minutos que se puso como margen de error. El piso 14 se complicó. Uno de los que grababa la hazaña cayó, aunque se levantó de inmediato con el fin de no impedir que Abraham lograra el cometido.

Las palabras sobraron cuando la gradilla estaba por terminar. La pelota seguía sin botar y ya era por 30 minutos. Muñoz llegó 12 segundos después y celebró por completo.

“Sí, sí, lo hemos logrado, 30 minutos, lo hemos logrado”, retumbó por todas las paredes de la torre de 65 años de edad.

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La hazaña estaba gestada. Abraham logró lo que tanto quiso en su país, aunque el reto es todavía mayor. El Burj Khalifa, edificio más grande el mundo, es su próximo reto. “Sí, ya lo hemos platicado, agradezco a los patrocinadores por lo que me han ayudado y vamos a Dubai por esa torre que queremos, la marca Guinness está al alcance y si yo puedo, todos pueden, estoy emocionado, con muchas ganas de seguir este sueño”.

Así gestó una nueva proeza, con el ánimo a tope y ese compañero que llegó a su vida a los ocho años y que lo ha acompañado en todas sus gestas, el balón de futbol.

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