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14, febrero 2022 - 14:18

┃ José Ángel Rueda

Aaron Donald

Foto: AFP

Un proyecto de cinco años finalmente tuvo los frutos deseados. Los Rams de Sean McVay lograron consolidar su buena época con el Super Bowl LVI; ya antes, en el 2018, se habían quedado cerca, sin embargo, para esta campaña, hubo varios factores que les permitieron finalmente conseguir el anhelado Vince Lombardi, el segundo de su historia.

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El panorama general retrata una campaña de ensueño para los Rams. El equipo de Los Ángeles finalizó con una marca de 12-5 y logró coronarse en el oeste de la Conferencia Nacional. El año fue de ensueño, aunque no estuvo exento de momentos complicados que el equipo logró superar gracias a su calidad.

Luego de un arranque poderoso en el que se colocaron con una marca de 7-1, vino un bache que hizo dudar a los Rams. A pesar de que ante sólo habían perdido ante los Cardinals, el equipo de Sean McVay ligó tres derrotas consecutivas. El hecho de no poder vencer a escuadras poderosas como Titans, 49ers y Packers encendió las alarmas, había dudas sobre su poderío y sobre su capacidad de pelear en las grandes instancias.

Ahí fue cuando surgió la resiliencia de los equipos campeones. Los Rams salieron pronto del bache para logar cinco éxitos y colocarse en lo más alto de su división.

Su única derrota fue en la última semana, ante los 49ers, aunque para entonces el cuadro angelino ya era considerado un equipo de cuidado.

La postemporada fue inapelable. Los Rams dejaron en el camino a los Cardinals, a los Buccaneers y a San Francisco. Las formas fueron diversas, pero siempre con un factor en común, la consistencia. El Super Bowl fue un reflejo de la temporada. El equipo comenzó muy bien, superó el bache y finalmente cerró con fuerza para conseguir el segundo Super Bowl de su historia, el primero en la ciudad de Los Ángeles.

REFUERZOS CLAVE

Apegados a un guion agresivo, los Rams hipotecaron el futuro por un presente ganador. La apuesta fue ganadora. Una de las principales adquisiciones del equipo llegó en la temporada baja. Sean McVay comprendió que el equipo había llegado a su techo con Jared Goff y fue por Matthew Stafford, un quarterback que en su momento fue primera selección de Draft y que había pasado sus mejores años en Detroit. El mariscal de campo se adaptó de inmediato al sistema de juego de McVay y los resultados fueron evidentes. Durante la campaña regular, el QB lanzó 4,886 yardas y 41 touchdowns, mientras que en la postemporada brilló con 1,118 yardas y nueve pases de anotación. Su liderazgo fue fundamental para levantarse de los momentos complicados.

Aunado a Stafford, los Rams firmaron en la agencia libre jugadores de impacto. En plena campaña, fueron capaces de reforzar posiciones clave tanto en la defensiva como en la ofensiva. En la semana 9, por ejemplo, el equipo angelino apostó fuerte por Von Miller, uno de los defensivos más poderosos de la liga y que sin embargo no venía de sus mejores años. El talentoso linebacker, MVP del Super Bowl 50, comenzó lento, pero al final fue capaz de aportar nueve capturas incluyendo la postemporada.

Otro de los jugadores que lograron adaptarse rápido es Odell Beckham Jr. El receptor llegó en la semana 10 y su impacto fue inmediato, al anotar siete touchdowns, uno de ellos ante los Bengals, en el Super Bowl LVI. Beckham Jr logró dejar atrás sus demonios y demostró que si se lo propone es un talento top en la liga.

 

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SUPERARON EXPECTATIVAS

Uno de los punto clave de estos Rams está en aquellos jugadores que firmaron un rendimiento por encima de lo esperado. El principal ejemplo es Cooper Kupp. El receptor venía de una mala temporada en la que cosechó 974 yardas por apenas tres touchdowns, sin embargo, en el 2021 se reivindicó, y de que forma. El número 10 de Los Ángeles finalizó la campaña regular con 1,947 yardas y 16 touchdowns en 145 selecciones. Esto le permitió liderar la liga en esos aspectos, lo que se denomina como la triple corona. Por si fuera poco, sus postemporada fue igualmente espectacular, con 478 yardas y seis touchdowns, dos de ellos en el Super Bowl. Kupp fue elegido el MVP del partido, aunado al reconocimiento de Mejor jugador ofensivo del año. Es decir, su campaña fue una locura.

Por el otro lado, Aaron Donald fue capaz de mantener sus estándares, el tackle firmó 12.5 capturas de mariscal de campo en la campaña regular y en los playoffs le sumó 3.5 a la cuenta. Sus actuaciones fueron determinantes al presionar a los mariscales de campo, en especial en el campeonato de conferencia y en el Super Bowl, cuando Jimmy Garoppolo y Joe Burrow sufrieron con su dominio.

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