Foto: Javier Ramírez | Mexsport

Ramón Morales es uno de los futbolistas que lograron ser ídolos en Chivas gracias a su talento en la cancha. A lo largo del tiempo que estuvo en el Rebaño Sagrado acumuló un montón de historias por contar y una de las más impactantes fue cuando se le apareció un fantasma.

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Después de un entrenamiento en Verde Valle, Morales tomó sus cosas para salir con destino a su hogar para ir a un festival en la escuela de sus hijas, sin embargo, al salir del lugar de entrenamiento de las Chivas se encontró con un hombre que dijo ser médico y le pidió su ayuda.

“Salgo de entrenar, estaba la reja donde se pegaba la gente para fotos y autógrafos. Al final vi a una persona de pelo chino, poco bigote, bata blanca, se me acerca y me dice ‘ Ramón, antes de que te vayas’. Me acuerdo que me acerco a la reja y sin querer lo toco, me dice: ‘Soy el doctor José, trabajo en la cínica X, tengo un niño que está enfermo y es bien Chiva, ve, puedes ir'”, relató el exfutbolista.

Ramón Morales se fue al festival de su hija y le contó a su esposa lo que había sucedido, ella le pidió que asistiera al hospital para cumplir con la solicitud de aquel aficionado.

“Nos pasamos como si fuera nuestra casa. Piso 7 de pediatría. Salgo del elevador en el piso 7 y le dije a una enfermera: ‘El doctor José me pidió que si podía venir a ver a un niño que está malito y vine a darle ánimos’. Me dice: ‘Aquí no trabaja ningún doctor José'”, relató.

“Parecía el mercado, la enfermera tomó la iniciativa y se puso a gritar: ‘un niño que se llama Emanuel’, nadie contestó y nos salimos. Volvió a agarrar la libreta y dijo: ‘No hay ningún doctor José para empezar y no hay ningún niño Emanuel. Nos volvimos a meter gritando y en la parte final una señora se levanta y nos dice: ‘mi hijo se llama Emanuel'”, agregó.

El futbolista se acercó a la señora para contarle la solicitud del doctor José y conocer al pequeño, pero se llevó una total sorpresa.

“La señora estaba levantada, al momento que le digo se sienta y empieza a llorar, desconsolada. Unos dos minutos. Ya que se calma, se agacha y de su bolsa saca una foto y me la enseña, y me pregunta: ‘¿Es el doctor que viste?’. Le dije que sí y no olvidaré que me dijo:’ Tuvimos un accidente de tránsito, hubo un choque, mi esposo falleció. Es mi esposo, no es doctor, mi hijo tiene un mes en coma”, sentenció.

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