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POR TONATIUH G. TRUJILLO
ENVIADOS ESPECIALES

MONTERREY.- Con maestría y picardía, Edwin Cardona cayó todas las críticas.
El “Gordo” como lo apodaron por su sobre peso demostró tener una enorme calidad, habilidad y velocidad para brillar en el balompié mexicano, al realizar su primer triplete en México. Vaya noche la del colombiano que despedazó al Toluca, quien sigue mostrando una enorme deficiencia en la defensa y poca hambre de triunfo.
Dos de las tres anotaciones de Cardona fueron unos verdaderos golazos. En el primero se comió a Lionel Messi y se quitó la marca de cuatro zagueros choriceros y en el segundo, como mago, envió la pelota por el lugar más recóndito y de taconcito; mientras las anotaciones de los choriceros fueron obra de Edgar Benítez por la vía del penal y de Paulo Da Silva con el sello de la casa, un cabezazo en tiro de esquina.

¡DIABLURA!
La Sultana del Norte quedó helada, pues el Diablo hizo de las suyas.
El “Pájaro” voló por el Cerro de la Silla y con su canto de ¡goool! Entristeció el corazón de miles de Rayados, quienes al ver que el balón se mecía en la red del arco de Jona Orozco mecieron la cabeza y se taparon la cara. Monterrey nuevamente iba abajo en el marcador gracias a una desatención de Hiram Mier, quien cometió una mano dentro del área, falta que el nazareno marcó como penal. Benítez no pudo dejar pasar la oportunidad de festejar su tercer gol en el torneo y puso adelante a los choriceros.
Con la vista clavada en el cielo, Antonio Mohamed denotó molestia y tristeza, por lo que reacomodó a su equipo con el afán de empatar los cartones y Monterrey se mostró como un equipo rápido, vertical e incisivo sobre el arco de Talavera, quien se convertía en el héroe del encuentro al salvaguardar su marco en un par de ocasiones.

TRIPLETE DE PESO
El orgullo Regio estaba herido de muerte, situación por la cual presionaron afanosamente a los escarlatas quienes no aguantaron los constantes y atosigantes embates norteños, tanto que Víctor Montaño no aguantó y perdió la cabeza. El colombiano quien al haber recibido una falta en el medio campo agredió Luis López, por lo que salió expulsado.
La expulsión del cafetalero fue el momento clave, pues Toluca se echó para atrás y se vino abajo, además, Edwin Cardona despertó.
El colombiano de Rayados se ¡comió a Messi! Y realizó un hermoso gol al dejar plantados a cuatro jugadores toluqueños y definir por debajo de las piernas de Talavera, con lo que hizo explotar al Tec, que se convirtió en un verdadero manicomio.
El “Gordo” como lo apodó el público de la Sultana salió inspirado y se volvió hacer presente en el marcador. Cardona prendió de bolea una pelota y para su buena suerte se estrelló en la humanidad del capitán de los Diablos, Paulo Da Silva para incrustarse en el arco de Talavera, situación por la cual, el colombiano estalló en jubilo y bailó una rica cumbia.
El gélido frío que golpeó el norte del país se quitó con un café de exportación. Edwin convirtió su primer triplete en el futbol mexicano, al mandar de ‘taconcito’ el esférico al fondo de la meta de Talavera, quien ya no veía lo duro si no lo tupido. El calvario del cancerbero mexiquese culminó con el silbatazo final de Yahir Miranda.

CAPITÁN DIABÓLICO
Cardozo no quería firmar otro encuentro sin ganarle a Mohamed, por lo que le encendió los ánimos a su equipo, por lo que sus pupilos salieron como auténticos Diablos a emparejar el encuentro y la recompensa a la lucha y al trabajo llegó al minuto de iniciada la parte complementaria. Paulo Da Silva, capitán de los escarlatas sacó la casta por el equipo y muy a su estilo acercó a su equipo en el marcador. Tras un tiro de esquina le guaraní envió la pelota al fondo del marco de Orozco, quien no pudo detener el cabezazo del goleador.
La anotación no levantó el ánimo de los mexiquenses, pues Rayados volvió a tomar las riendas del encuentro y sometió a los choriceros.
La desesperación volvió al cuadro del “Diablo Mayor”, y Oscar Rojas dejó nuevamente en inferioridad numérica a su equipo al ver la roja y de esa forma hacer que Monterrey se volviera en amo dueño y señor del encuentro.
A partir de ahí el encuentro se volvió un mero trámite para los locales, quienes tuvieron oportunidades para acrecentar el marcador, pero la puntería de los artilleros regios ya no estuvo fina. El encuentro culminó con la felicidad norteña quien brincó estremeciendo los cimientos del Tecnológico.

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