RUBÉN BERISTÁIN 

FOTO: OMAR MARTÍNEZ | MEXSPORT

Washington Aguerre quedó impactado y aún no ha podido asimilar lo que vivió en La Corregidora. El portero de Querétaro no abandonó la cancha, incluso intentó calmar a los aficionados de su equipo para evitar una tragedia mayor, pero no tuvo éxito alguno y no paró ninguna agresión. Con un rostro desencajado, el uruguayo expresó su sentir. “El futbol se tiñó de rojo, todavía no caigo. Fue muy fuerte ver a niños corriendo. Ayer había animales en la tribuna, no respetaban a nadie. Tuve que separar gente para evitar que algunos resulten lastimados. Ver videos y fotos después me generaron mucha tristeza”, dijo.

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El cancerbero de 28 años estuvo al tanto de la rivalidad entre ambas aficiones, por lo cual, no pudo creer que la barra rojinegra ingresara al recinto queretano. El operativo no estuvo a la altura. “La seguridad no fue la mejor, no pudo contener a los hinchas de ambos equipos. Tengo entendido que hace un par de años atrás Atlas descendió a Querétaro y quedó el pique”, informó.

Aguerre fue uno de los primeros que se percató de la bronca en las tribunas, asimismo afirmó que le pidió al árbitro Fernando Guerrero que detuviera el encuentro, sin embargo tampoco tuvo éxito. Fue al minuto 63 cuando finalmente se dio por suspendido el juego. “Le dije al árbitro que parara el partido porque se estaban matando en la tribuna y en un momento decidió seguirlo jugando”, cerró para el medio argentino TyC Sports.

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El arquero fue tratado como héroe ya que fue uno de los pocos que intentó calmar la trifulca, se expuso e intervino, abrazó a varios de sus hinchas, pero aún así, la tragedia no pudo evitarse.

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