POR DANIEL CHANONA
CORRESPONSAL

MADRID, España.- Ya no levanta la ceja izquierda. Los tiempos no se lo permiten. Luce compungido, disgustado, con pena. Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, se disculpó apenas tomó la palabra en su comparecencia posterior a un tímido avance a los cuartos de final de la Champions League tras eliminar por marcador global de 5-4 a un valiente Schalke 04. “Hemos jugado muy mal”, dijo con solemnidad, “eso no es bueno para la imagen de nuestro club”, reconoció, “todos sabemos que hemos jugado mal. No tenemos problemas en decirlo, porque es verdad. A nadie le gusta este momento. Sabemos que necesitamos mejorar. Los silbidos que nos han reservado los aficionados son totalmente merecidos”.

“He hablado con los jugadores en el vestuario”, reveló cabizbajo el italiano, hurgando en su castellano para formular respuestas precisas. “Hemos tratado de arreglar la parte defensiva porque ningún equipo nos había marcado cuatro goles en el (estadio Santiago) Bernabéu. No hemos tenido una buena organización en la defensa”, analizó, al tiempo de reconocer que al Madrid le faltó confianza y que notó mermado su rendimiento física. “Hemos tenido problemas en todos los aspectos del juego: falta de ganas, de lucha, de concentración”, resumió sin complejos.

Le preguntaron si teme ser destituido como director técnico del Real Madrid, a lo que Ancelotti respondió con optimismo: “Yo no pienso en eso. Sigo haciendo mi trabajo y probablemente necesito hacerlo mejor. Es responsabilidad del entrenador poner a un equipo que pueda jugar mejor”.

“No creo que los jugadores hayan perdido la confianza en el entrenador”, aseguró, “repito, tenemos que decirlo claro, estamos jugando muy mal. Es bastante incomprensible por como lo veníamos haciendo hasta el mes de diciembre. No es simple explicar porqué pasan las cosas. Hemos perdido confianza en nuestra identidad, por eso nos cuesta demasiado jugar como queremos pero somos profesionales, jugamos mal, fallamos pero no hemos hecho el ridículo (pese a la derrota). Siempre damos lo máximo para darle valor a esta camiseta. Nosotros trabajamos con seriedad”, arengó.

La eliminación, aseveró, ni siquiera pasó por su mente: “No me pasó por la cabeza la eliminación, aunque hemos sufrido hasta el último minuto. El partido no salió como nosotros hubiésemos querido. Pudo haber pasado de todo”, lamentó, aunque reiteró tener confianza en su plantilla. “Los jugadores son la clave para solucionar este problema”.

“El futbol es cambiante”, reflexionó de cara al clásico español del próximo 22 de marzo en el Camp Nou, “nadie pudo haber imaginado que un equipo que ganó 22 partidos en diciembre estaría en esta situación. Todo cambia. Los pitos sirven para despertarnos”, ironizó.

Un futbolista, uno solo, es capaz de marcar diferencia en el último tercio de la cancha. Apenas jugó 36 minutos, pero se diferenció por su pericia: “La presencia de (Luka) Modric nos da más control del balón, más eficacia. No teneos que pedirle mucho porque estuvo ausente durante tres meses. Ahora lo ha hecho bien, ha tenido confianza y se ha visto cómodo. Nos va a ayudar en los próximos partidos”, opinó el mandamás del banquillo blanco.