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26, marzo 2022 - 6:00

┃ Marysol Fragoso

Padilla y Perera posan para la cámara de ESTO

Marysol Fragoso

FOTO: Oswaldo Figueroa | ESTO

El matador español Juan José Padilla es un espíritu indomable frente a la adversidad, lo que lo llevó a ser duramente castigado por los toros. Tras haberse despedido de los ruedos a finales de 2018 en la Monumental Plaza México, ha dado un giro a su profesión, pues se desenvuelve como apoderado del novillero Manuel Perera, quien tomará la alternativa en la emblemática Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en España, el próximo 7 de mayo. Por lo cual, realiza una periplo de preparación en nuestro país, mismo que tendrá un compromiso el próximo sábado 2 de abril en Texcoco, Estado de México.

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ESTO conversó con el maestro Padilla y con su poderdante en la ganadería tlaxcalteca Tenexac. Juan José habló acerca de los tópicos de la reciente incursión de este lado del Atlántico, así como de la que considera una deuda con nuestro país.

Llamado primeramente El Ciclón de Jerez y luego El Pirata, este diestro aún se estremece al recordar la última tarde que vivió en los ruedos, misma que se gestó en la Plaza México: “Hice una campaña de despedida en la que me recibieron con cariño en todas las plazas donde hice el paseíllo. En un principio pensé en sólo decir adiós en Europa, pero me dí cuenta que sería muy egoísta no hacerlo en México, donde tantos años fui respetado y querido. En La Monumental Plaza México el público se me entregó desde el paseíllo y fue una despedida como pocas”.

Dicha tarde, cortó una oreja, tras una faena en que la gente le cantó El Cielito Lindo y lo homenajeó largamente. Tras la vorágine aquella, relata lo que aconteció en su vida: “Me planteé un tiempo para dedicarlo a mi familia. Hicimos viajes, pasé tiempo con mi esposa e hijos, me hicieron operaciones que tenía pendientes, pero sabía que no quería desvincularme del medio del toro pues me debo a ésta profesión y aunque me ofrecieron apoderamientos no los acepté, pues no me veía inmerso en esa responsabilidad”.

¿En qué momento decidió volver a la actividad? He aquí su respuesta:
“Conocí a Manuel Perera por la obra de La Providencia. Dios lo quiso así, pues él tuvo un accidente de tráfico que lo dejó once días en coma. Me acerqué a su familia para apoyarla y devolverle algo del cariño que yo he recibido cuando he tenido percances. Intenté ayudar a personas que por algún siniestro la estaban pasando mal”.

Recordó: “Cuando Manuel, que era alumno de la Escuela Taurina de Badajoz, se recuperó físicamente e iba a reaparecer, me pidió ayuda para que pudiera prepararse en algunos tentaderos. Cuando vi torear a ese chaval en el campo, le descubrí cualidades y me ilusioné. Sólo era mi intención ayudarlo, no apoderarlo. Así empezó todo hasta que con el roce del tiempo terminé por hacerme cargo de su carrera”.

Cabe señalar que el año pasado Juan José Padilla aceptó convertirse en el director del Centro de Alto Rendimiento Taurino (CART) en Jalisco. Al respecto, dio a conocer las razones que lo llevaron a aceptar esta propuesta: “Este país me ha dado tanto que tengo la obligación de compensarlo. Estoy en deuda con el mundo del toro. Estoy en débito con México, por tanto que apoyó mi carrera; por eso, cuando Casa Toreros me ofreció ser el director del CART de Jalisco, acepté esa gran responsabilidad para que mi humilde experiencia en una trayectoria de tantos años pudiera valer en esa hermosa iniciativa para 60 chavales toreros”

Abundó: “Me apoyaron grandes compañeros como Oliver Godoy, de Guadalajara; Manolo Díaz, de Portugal; Tomás Cerqueira, de Francia; Juan de Castilla, de Colombia; y estuvieron también los ganaderos y los preparadores físicos. Con todos ellos formamos un gran equipo para desarrollar los nuevos valores de los distintos países taurinos. Cada quien puso su granito de arena”.

Durante 2021, su poderdante Perera y el mexicano Isaac Fonseca, se enfrentaron en los ruedos muchas tardes. Al final quedaron como 1 y 2 del escalafón. Esta es su opinión: “La Fundación Toro de Lidia dio un gran paso al frente para organizar los ciclos de novilladas por toda España, con lo que sacaron adelante a jóvenes valores”.

“Les dieron oportunidades tremendas a muchos, aunque Perera y Fonseca las aprovecharon más y marcaron una rivalidad que emocionó al público que ahora lleva en la mente a dos toreros con conceptos muy diferentes. Ninguno se ha dejado ganar la pelea en cada tarde, eso le hace falta a la Fiesta Brava para que se caliente el ambiente”.

En relación a lo que Manuel estará realizando en tierras mexicanas, consideró: “Este gran país le está aportando mucho pues se trata de una cultura diferente, donde ha toreado animales de otros encastes. Ha conocido personas maravillosas. En lo profesional ha aprendido mucho y también ha crecido como ser humano. Yo sabía que le iba a venir bien ver cómo aquí se vive como torero, pues Jalisco y Tlaxcala tienen profundas raíces taurinas. Ojalá Manuel Perera llegue a ser uno de los toreros de México”.

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