El último partido de México en tierra carioca fue un mar de emociones que elevó a toda la afición a soñar con el quinto partido, a creer que se podía marcar un punto en la historia, pero no, Holanda arruinó la fiesta que todo el país ya sentía, en la recta final dos goles terminaron la ilusión.

Los mexicanos pasaron de gritar y desbordarse de emoción con el golazo de Giovanni dos Santos, ese que hizo creer en el triunfo; en las principales plazas del país, como el Zócalo capitalino, así como en restaurantes, bares y los hogares mexicanos se creía firmemente en lograr lo anhelado.

El Cielito Lindo, ese himno que motivó durante todo el partido, término siendo un canto de tristeza al silbatazo final, una vez más reinaron los fantasmas, el dolor de la afición llegó a las lágrimas, México eliminado del Mundial de Brasil 2014, en un duelo con sabor a coraje con la historia de cada cuatro años.

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