MIGUEL ÁNGEL MÚJICA

Foto: Ramón Romero

ENVIADOS

San Pedro Sula.- La primera derrota de México en Honduras ocurrió en el campo donde entrenaron previo al choque ante los catrachos por el octagonal final.

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La intensa lluvia matutina cambió los planes del Tricolor. En lugar de entrenar en el Olímpico Metropolitano como lo tenían planeado, el estadio General Francisco Morazán le tuvo que abrir las al equipo de todos.

Fue un 21 de septiembre del año 1996, justamente en la Bombonerita, cuando la bicolor derrotó por primera vez a México en casa. El Morazán lució completamente lleno aquella noche. Carlos Pavón adelantó a los hondureños. Ramón Ramírez, con ayuda de su mano y un error imperdonable de la zaga, empató todo. Fue un penalti de Eduardo Bennett, imposible para Jorge Campos, el que le dio el triunfo a los hondureños.

Tal vez fueron los fantasmas de aquella tarde los que hicieron cambiar de portería a los arqueros mexicanos. Guillermo Ochoa, Carlos Acevedo, Alfredo Talavera y Rodolfo Cota decidieron ir a la cabecera sur para entrenar.

El resto del plantel estiró un rato y después de un trote, comenzaron con el juego en espacio reducido. Néstor Araujo lució listo y podría ser la novedad, aunque practicó con los suplentes, donde Diego Lainez, Uriel Antuna, Roberto Alvarado y Luis Romo destacaban.

En el otro pelotón mexicano, Johan Vásquez, Jorge Sánchez y Raúl Jiménez destacaron. Los mejores ante Estados Unidos parecen inamovibles para el encuentro.

La luz natural comenzó a bajar y las vetustas lámparas se encendieron para la continuación de la práctica.

Por momentos, Jorge Theiler entrenó lo que Gerardo Martino le indicó desde la Ciudad de México. El parado lució casi idéntico al que igualó ante Estados Unidos. Ochoa será el guardameta titular. La línea defensiva tendrá Sánchez, Araujo o Montes, Vásquez y Arteaga o Gallardo. La zaga todavía no está definida.

El medio campo con Edson Álvarez en zona de escudos luce fijo. Héctor Herrera lo acompañaría y lo que todavía no se define es el otro volante. Charly Rodríguez lleva mano, aunque Romo y Érick Gutiérrez le hacen sombra.

El tridente de arriba está definido. Tecatito Corona, Chucky Lozano y Raúl Jiménez no fallarán, aunque, de último minuto, alguno podría ser movido si Martino lo desea. La baja de Alexis Vega por suspensión reduce las opciones. Henry Martín y Santiago Giménez son los otros que podrían aparecer de sorpresa.

Así entrenó México, en un campo que no le trajo buenos recuerdos, pero que significaría el último entrenamiento antes de poder decirse mundialistas. Los tres puntos en el Olímpico Metropolitano son vitales para llegar a tierras qataríes.

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