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16, abril 2022 - 10:12

┃ Guillermo Abogado González

tenista

GUILLERMO ABOGADO

FOTO: VALERY HACHE | APF

En un partido al límite, el tenista español Alejandro Davidovich se impuso al búlgaro Grigor Dimitrov por parciales de 6-4, 6-7 (2-7) y 6-3 para clasificar a la final del Masters 1000 de Montecarlo, la primera de su carrera para el ibérico de un torneo de esta magnitud.

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Davidovich, de 22 años, dejó en claro su buen momento a lo largo de este certamen en el Principado y no por nada eliminó en segunda ronda al serbio Novak Djokovic. El malagueño firmó, en términos generales, un gran partido de semifinales contra Dimitrov, mismo que se pudo definir en el segundo set, pero los errores y la reacción del búlgaro obligaron a un tercer episodio.

El partido tuvo una duración de dos horas y 44 minutos, donde Davidovich Fokina consiguió 77 por ciento de efectividad en su servicio, 25 winners y en cinco de seis oportunidades le quebró el saque al rival, una de ellas sucedió en el primer set durante el tercer juego para hacerse de la primera manga por 6-4.

Serio y enfocado en alcanzar la final, Davidovich parecía definir todo en el segundo capítulo estaba 5-3, pero fallos importantes le dieron vida a Dimitrov, quien reaccionó para dar vuelta 6-5 y el español igualó 6-6 para obligar al tie break. Con el ánimo de su lado el búlgaro fue más eficaz y se impuso 7-2 para forzar a la disputa del tercer y definitivo set.

Grigor Dimitrov comenzó de manera superior se colocó arriba 2-0 contra Davidovich, quien acusaba molestias musculares, no obstante, el joven español no decayó, se despabiló y sacó su mejor tenis para revertir la situación de manera impecable para llevarse el tercer episodio 6-3 en un compromiso en el que abundaron los errores y en lo que deberá tener más cuidado para la final, donde se medirá al campeón defensor, el griego Stefanos Tsitsipas o el alemán Alexander Zverev.

De lado quedaron los 43 errores no forzados de Alejandro Davidovich, quien festejó por todo lo alto su victoria y pase al Masters 1000 de Montecarlo ante una tribuna que se le entregó y le reconoció su esfuerzo ante un experimentado búlgaro, quien una vez más en su trayectoria se quedó a la orilla de disputar la final de este certamen que se juega en polvo de ladrillo.

 

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