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Mira

16, abril 2022 - 23:07

┃ Rubén Beristáin

Nuevo proyecto (67)

RUBÉN BERISTÁIN

FOTO: RAMÓN ROMERO

El Rebaño Sagrado encontró el día perfecto para resucitar y terminar con la amplia hegemonía de Cruz Azul. Chivas pudo golear en su segunda casa, pero un sólo chicotazo bastó para renacer en el torneo y subir a posiciones de repesca. La Máquina no carbura, carece de gol y una vez más dejó escapar la oportunidad de meterse a los primeros cuatro lugares. 0-1 final.

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Los cementeros comenzaron con presión extra. La victoria de Puebla apenas unas horas antes los obligaba a obtener los tres puntos si es que querían amanecer entre los primeros cuatro peldaños, sólo que no todo empezó como imaginó.

El Coloso de Santa Úrsula fue una sucursal rojiblanca. El “Chivas, Chivas” retumbó en el recinto, la afición tapatía en la capital cobijó a los suyos. Eso animó de inmediato a la visita, al menos así lo fueron de forma administrativa.

El Rebaño Sagrado llegó con mucha facilidad al área rival. Primero fue Alexis Vega. El atacante llegó a velocidad, pero se precipitó en su definición. El portero Sebastián Jurado salvó.

Uriel Antuna quiso mostrar su magia, pero los abucheos contra el Brujo fueron mayoría y no se sintió cómodo. Los jugadores cementeros siempre lo buscaron, su ataque se volvió predecible, porque si no fue él, nadie más apareció. Iván Morales se vio lento y sin ritmo. Ángel Romero pasó desapercibido durante un buen lapso de tiempo.

Lo más peligroso de La Máquina fue un disparo de Rafael Baca. El mediocampista se animó y con un zurdazo puso a trabajar al Wacho Jiménez. El local no se sintió cómodo, su posesión no la tradujo en opciones claras, sólo fueron centros sin destinatario y nada más.

Todo lo contrario pasó con su rival. Chivas hizo más, puso en aprietos a Jurado, pero su puntería no estuvo nada fina. Zaldívar perdonó y Vega también. El seleccionado nacional se le vio animado, quizá por la presencia del Tata Martino en la tribuna e incluso puso el balón en la red, pero su celebración fue detenida por un fuera de lugar.

En el complemento, los cementeros tuvieron una nueva intención. No podían quedarse con los brazos cruzados y generaron opciones. Romero disparó con potencia, pero se fue por un lado. Antuna lo intentó de cabeza y falló, mientras que Santi Giménez se precipitó y no pudo vencer al portero rojiblanco.

El Rebaño reaccionó. Chicote Calderón reafirmó que le sienta bien el Azteca, se deshizo de la marca de Baca y con un cabezazo preciso, incluso sin saltar, hizo explotar el estadio. El festejo lo dijo todo con un beso al escudo que tanto quiere.

Todo se le complicó a Chivas después con la expulsión de Vega, quien enloqueció y ahorcó a Rivero. Cruz Azul pudo emparejar, incluso remontar con un hombre más durante 20 minutos, pero no tuvo imaginación para hacerlo.

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