JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO | MEXSPORT

Hay una frase que indica que la Liguilla es un torneo aparte, de ahí el misterio que el superlíder termine sufriendo ante el último clasificado. Durante el torneo regular a Pachuca y a San Luis lo separaron 15 puntos, pero en la cancha del Alfonso Lastras el partido fue parejo, así como el resultado. El 2-2 final, producto del pundonor de unos potosinos que pelearon hasta el final, deja todo abierto para la vuelta.

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La condición de equipo favorito del primer lugar de la tabla general, sin embargo, le permitió a los Tuzos aprovechar el miedo escénico de los potosinos, que apenas se acomodaban en el campo cuando Nico Ibáñez marcó el primero. El atacante, viejo conocido en esos lares, se levantó dentro del área y aprovechó un buen centro de Romario Ibarra para mandarla a guardar de cabeza.
El gol, lejos de golpear a los locales, terminó por espabilarlos. San Luis comenzó a tocar el balón y a través de algunas aproximaciones logró meterle miedo a los Tuzos, hasta que llegó el error de Kevin Álvarez, en una barrida imprudente sobre Murillo que el árbitro no dudó en señalar como pena máxima. Berterame no falló desde los once pasos, con un disparo potente que se convirtió en imposible para Ustari.

El empate dejó tocado a los Tuzos, en una sucesión de errores que casi le cuesta la roja a Kevin Álvarez luego de un pisotón a Güemez, pero el árbitro la revisó en el VAR y lo dejó en amarilla. El descanso llegó como un bálsamo.

Tardaron los Tuzos en imponer condiciones, incluso fue el San Luis quien más se acercó al gol en los primeros minutos del complemento, con un disparo de Berterame que salió flojo a las manos del arquero.

Fue sobre la recta final, sin embargo, que los de Almada finalmente empinaron la cancha y el juego que les permitió terminar en lo más alto de la tabla apareció por momentos. En el agobio surgió la figura de Barovero, inmenso al atajar un disparo a quemarropa por parte de Víctor Guzmán. A puro reflejo el argentino la mandó al tiro de esquina.

Pero el momento de los Tuzos era importante, y en ese vértigo aprovecharon para marcar el segundo, tras un gran centro de Álvarez ante la llegada a segundo palo de Ibáñez, quien definió de palomita, en el amplio repertorio del goleador argentino. Si en el primero el festejo fue reservado debido a su pasado potosino, en el segundo explotó, con la adrenalina de un juego de liguilla.
San Luis se volcó sobre el final, y en una de esas, en la agonía del partido, encontró el gol del empate, en una volea de Sarabia que entró con más fe que futbol. Todo se definirá en la vuelta.

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