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15, marzo 2015 - 17:35

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POR DANIEL CHANONA
CORRESPONSAL

MADRID, España.- Blaugrana fue el color de su rival. Blaugrana es el color del vaticino. Blaugrana es el color que lo motiva. Pero nada cambia con miras al clásico español del próximo domingo 22 de marzo en el Camp Nou. El Real Madrid llegará como sublíder y punto. La victoria de este domingo frente al Levante, por marcador de 2 a 0 en la Jornada 27 de la Liga, cauterizó exclusivamente las nóveles heridas del madridismo y curó en salud a Gareth Bale, autor del doblete, pero volvió a excluir a la total supremacía. Claroscuros, poco más.

Se oxigenó el Madrid. Luka Modric refrescó la medular y empoderó a Dani Carvajal, siempre acomedido por la diestra, factoría de aproximaciones, sinónimo de goles. El croata, desmarcado por lesión de la titularidad desde el pasado noviembre, aportó liquidez, vagancia y descaro. Defiende bien, ataca mejor. Su devolución al once otorgó descanso a Toni Kroos, hasta entonces inamovible y con una cuantía de 2 mil 262 minutos en sus piernas. El cauteloso, ahora, fue Lucas Silva, con visa limitada en el último tercio de la cancha, ocupado en labores de desintoxicación, que fueron pocas.

Los granotas se limitaron a danzar el vals predilecto del Madrid, que adormeció el encuentro cuando más cómodo se percibió, sin exigirse demasiado. Sin embargo, los grandes equipos no se lo pueden permitir, menos cuando el vaho todavía empaña su mejor forma. Al rival se le demuestra mayor respeto con las máximas cualidades. Si no le apeteció, es reprochable. Si no pudo, que no fue el caso, resulta cuestionable.

La BBC recobra, paulatinamente, sentido de pertenencia. Karim Benzema estuvo meticuloso; Bale, camino de la disculpa, se despachó con par de anotaciones, al minuto 15 y al 40, en las que intervino también Cristiano Ronaldo, tan lujurioso como proactivo. Hicieron clic frente a un rival indulgente, frágil, al borde de la división de plata. Si Pepe y Sergio Ramos, por ejemplo, dispusieron del cuerpo, fue con el partido resuelto, cercano el entretiempo, al margen de proyectar seguridad y adelantar las líneas con la esférica en posesión.

Al levante, sus recursos futbolísticos no le permitieron explayarse demasiado en el ataque, y a Isco Alarcón, que le sobran, pareció fantasmal. Intervino poco, se procuró de una quinta amonestación para no perderse el cruce ante el Barcelona del fin de semana entrante. Jesé Rodríguez lo relevó, aunque la chispa por la pradera izquierda jamás fue recuperada. Javier Hernández, delantero mexicano, fue invitado a la tertulia a falta de once minutos.

El Real Madrid, ya absuelto de pecados por su directiva, se dedicó sólo a machacar el pasto, no a reconquistar a su gente, de reacción impredecible en la salud y en la enfermedad. Pudo haber sido una noche de baño y masaje, pero al Madrid le satisfizo, sencillamente, un levantón anímico.

ALINEACIONES

Real Madrid: Navas; Ramos, Pepe, Marcelo, Carvajal; Modric (Illarramendi 77’), Isco (Jesé 69’), Silva; Benzema (Hernández 82’), Bale y Cristiano Ronaldo. DT.- Ancelotti.

Levante: Mariño; Navarro, López, Ramis, Toño; Simao, Morales (Rubén 59’), Camarasa, Xumetra (El Zhar 59’); Barral y Uche (Casadesús 75’). DT.- Alcaraz.

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