JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO: @RYANFITZPATR1CK

Después de 17 temporadas en la NFL, el mariscal de campo Ryan Fitzpatrick ha decidido retirarse de los emparrillados, según información publicada por el reportero de la NFL Tom Pelissero. El peculiar jugador de 39 años se caracterizó por su constante rotación de equipos, la cual lo llevó a defender hasta nueve franquicias.

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De estilo impredecible y arriesgado, el mariscal de campo era capaz de ofrecer partidos para el recuerdo con múltiples pases de touchdown, pero también podía firmar actuaciones lamentables plagadas de errores. Sus números finales retratan algo de eso, con 223 pases de touchdown y 169 intercepciones en 166 partidos disputados. Su récord como quarterback titular es de 59-87-1.

Proveniente de la prestigiosa universidad de Harvard, Fitzpatrick llegó a la NFL en el Draft del 2005, cuando fue reclutado por los Rams en una selección de séptima ronda. Su paso por la entonces franquicia de San Luis fue breve, con apenas tres partidos disputados para un aplastante récord de 0-3.

El fracaso en su primer equipo bien pudo terminar con su carrera, pero algo había en ese quarterback de barba prominente. Tras su salida de los Rams llegó a los Bengals, donde tuvo algunas oportunidades. Pese a que su aventura en Cincinnati apenas duró un año, “Fitzmagic”, como se le conocería después, llegó a los Bills en la temporada 2009, franquicia en la que logró establecerse durante cuatro años. Sus números fueron cumplidores, con una marca de 20-33, 80 touchdowns y 64 intercepciones.

A partir de entonces, el mariscal de campo comenzó a delinear su esencia de bombero; es decir, el jugador que llega para darle cierta esperanza a las franquicias huérfanas de quarterback. El camino lo llevó a Houston, Tennessee, Jets, Tampa Bay, Miami y Washington.

Su actuaciones en cada franquicia que jugó, más allá de las emociones que generaba en los aficionados por su estilo arriesgado, están marcadas por la irregularidad. Normalmente, a una buena campaña, quizá no colectiva pero sí individual, le seguía una desastrosa que lo obligaba a buscar un nuevo destino, esa condición le impidió establecerse como un mariscal de campo confiable.

Uno de los datos que refleja a la perfección su carrera es que de sus 17 campañas sólo en una logró terminar con marca positiva, fue en el 2015, al mando de los Jets, con un récord de 10-6.

El último año de Fitzpatrick fue complicado. Más allá de que llegó con ciertas expectativas al Washington Football Team, una lesión en la cadera lo obligó a perderse el resto de la temporada, luego vino la decisión de su retiro.

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