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6, junio 2022 - 19:26

┃ José Ángel Rueda

badmintonista

JOSÉ ÁNGEL RUEDA 

Foto: Ricardo Escartín Mondragón y Allier

Los recuerdos en la mente de Guillermo Allier llegan con fluidez. A sus 87 años, recién cumplidos, el ex badmintonista mexicano rememora cómo fueron aquellos años en los que le cambió la vida. Destinado a seguir el rumbo de su padre como un nadador destacado, una tarde de cielo encapotado en el Deportivo Chapultepec le impidió entrenar en el agua. Lo que en su momento parecía un contratiempo se convirtió en un guiño del destino. 

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“Hubo una tormenta, fue precisamente por estos meses, que empieza la lluvia en la Ciudad de México, cayó una granizada que no nos dejó nadar. Era el año de 1955, así que en un recorrido por las instalaciones fue que encontré el bádminton, que estaba techado. Entonces empecé a practicarlo, y durante seis meses combiné el bádminton con la natación hasta que en el 56 fui invitado por la Federación de Bádminton, junto con otro compañero, como los mejores prospectos para jugar en el Abierto de los Estados Unidos. Fuimos como novatos, y como novatos regresamos”, confesó don Guillermo entre risas, en plática con el ESTO. 

Largas jornadas de entrenamiento pronto rindieron su fruto y el badmintonista comenzó a destacar en el plano nacional, donde, luego de varios subcampeonatos, se coronó en el Campeonato Nacional de Bádminton en 1965 junto a Salvador Peniche, tos. Su nombre, junto al de su hermana Carolina, también figura dentro de los campeones de primera fuerza en los dobles mixtos de finales de la década de los sesenta, al ganar tres Campeonatos Nacionales de forma consecutiva. 

Antes, su carrera le permitió vivir algunos momentos especiales, como la participación de México en la tradicional Copa Thomas, considerada por muchos como el torneo con más prestigio dentro de la especialidad. 

“Tuvimos una oportunidad muy grande de que por primera vez en México se inició la Copa Thomas, el torneo más importante que hay en bádminton, fue un orgullo haber participado en el año de 1964, posteriormente en el 67 y en luego el 70. Fueron experiencias, no íbamos a ganar, pero sí a vivir lo que había”, recuerda con nostalgia. 

Entre los recuerdos más preciados de don Guillermo está la victoria en el Western State Open, en el Manhattan Beach Badminton Club de California. Ahí escuchó por primera vez las bellas notas del himno mexicano, con una emoción incontenible. 

“Esto de que te toquen el himno nacional en el extranjero hace que se te vaya el aire, jalaba y no lo encontraba, y las lágrimas, y no puede uno hacer otra cosa más que esperar a que termine el himno y los aplausos, es una satisfacción que no se puede narrar. Es indescriptible escuchar nuestro himno en un país extanjero”, dijo, entre lágrimas. 

Después de más de 15 años como profesional, el badmintonista puso fin a su carrera tras una derrota con Roy Díaz González, quien a la postre se convertiría en uno de los mejores exponentes del bádminton mexicano. 

“Terminé en 1975, porque entonces un niño, Roy Díaz González me ganó y me puso 6-1 y 6-0. Hasta ahí llegó mi vida de deportista. Hay que saber retirarse para no hacer el ridículo. Todo tiene un límite”, confesó, con madurez.

Hoy, don Guillermo no sólo conserva los recuerdos, o las amistades que le dejó el deporte, como la que mantuvo con el clavadista Carlos Girón, sino también una buena cantidad de periódicos y trofeos. Los objetos han adquirido con el paso de los años un nuevo significado.   

“Mi madre me decía que era yo un chacharero, por estar guardando tantos periódicos y trofeos. Tuve la oportunidad de tener más de 100 trofeos, muchos de ellos estaban guardados en la casa de mis padres. Era cortar el periódico y llevarlo. ¿Para qué los guardé? No lo supe, sin embargo, años después, mi nieto Ricardo les dio valor, empezó a leer los periódicos y les dio orden. Es agradable recordar lo que hice, pero más que nada la siembra, el sembrar en ellos el deporte” 

En retrospectiva, aquella tarde lluviosa le cambió la vida, el deporte le dejó algo más que las victorias. “Me representó orden, respeto a mis compañeros y a mis enemigos, tener una responsabilidad generada por mí pero representando primero al Deportivo Chapultepec, posteriormente a México, esa fue una satisfacción muy grande”, cerró. 

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