JOSÉ ÁNGEL RUEDA

Foto: AFP

Sentados en la parte más alta de las gradas del Heyward Stadium, el esposo y el pequeño hijo de Shelly-Ann Fraser Pryce observaban cómo la corredora lograba su quinto oro mundial consecutivo en los 100 metros planos. Lo que para todo el mundo era la consagración de la mejor atleta en la historia de Jamaica, sin embargo, para ellos era el resultado de las horas de trabajo y esfuerzo de la mujer y la madre.

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A sus 35 años, la deportista de los cabellos pintados no sólo se conviritió en la más rápida del mundo al correr los 100 metros en 10.67 segundos, sino que también reivindicó una lucha que comenzó en el 2017, cuando dio a luz a su hijo Zyon y los prejuicios apuntaban a su descenso como velocista.

“Muchas veces la gente habla de mi edad o de ser madre, pero yo lo veo como parte del viaje en la vida. Y en lugar de pensar en ello como algo que me afectará negativamente, lo veo como una experiencia positiva. Mi marido y mi hijo estaban en las gradas. Pero no les gusta ser el centro de atención, así que se sientan en lo más alto para que nadie los vea”, dijo la conocida como “Pocket Rocket” apenas segundos después de sumar su quinta medalla de oro en la prueba reina del Campeonato Mundial de Atletismo.

La historia de éxito de Fraser Pryce comenzó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando ganó la medalla de oro en los 100 metros planos, condición que revalidó un año más tarde, en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín 2009. A partir de entonces, la jamaicana se ha mantenido en la élite de la velocidad, en una historia que ha alternado su aplastante dominio en los Mundiales, con cinco oros consecutivos, con la constancia que le ha permitido permanecer en el top 3 durante cuatro ediciones de Juegos Olímpicos. La constancia de una atleta que mantiene los mismos parámetros durante 15 años al más alto nivel es inversamente proporcional a los colores diversos que suelen adornar su cabello, distintos en cada una de las grandes competencias, como un símbolo de identidad. En esta ocasión, en Oregón, tocaron los colores de la bandera de Jamaica, iluminando las puntas de una cabellera rubia.

Los logros de la corredora han traspasado fronteras, como si las pistas de tartán quedaran chicas ante sus pretensiones. La maternidad abrió un nuevo panorama y le permitió sumarse a la lucha de otras atletas también icónicas como la norteamericana Allyson Felix, quien se vió discriminada en contratos de patrocinio al considerar que tras ser madre su rendimiento no sería el mismo.

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“Era importante que este regreso fuera un éxito para demostrarme a mí misma y a otros que es posible superar las barreras. Y estoy contenta de haberme tomado este tiempo, esta pausa, después de 11 años de competición de alto nivel, que es mentalmente agotador”, explicó la jamaicana en julio de 2021, tras la plata conseguida en los 100 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Mi motivación es más fuerte que antes. Es duro para las chicas. Nos da mucho miedo formar una familia, la gente piensa que nunca se puede volver después de un embarazo”, agregó.
Fraser Pryce cumplió su promesa, alentada tal vez por los ojos del pequeño Zyon, que poco a poco se acostumbra a ver a su madre cruzar la meta antes que nadie para luego levantar la bandera de su patria.

Jamaica hizo el 1-2-3 en el Mundial de Atletismo

Junto a Fraser Pryce, sus compatriotas Shericka Jackson y Elanie Thompson-Hera fueron las encargadas de dominar el podio en el Campeonato Mundial de Atletismo de 2022 que se celebró en Oregón, un resultado que las pone como claras favoritas rumbo a París 2024 en una disciplina en la que el país caribeño ha destacado de forma histórica.

La rival que estuvo más cerca de hacerle ‘sombra’ a las de Jamaica fue Dina Asher-Smith quien se quedó con el cuarto escaño en la prueba de los 100 metros con una marca de 10.83 segundos, una cifra que pone a Gran Bretaña a soñar con subirse al podio al olímpico.

Sin duda alguna, habrá que poner especial atención a lo que hagan estas deportistas en una de las pruebas más relevantes de las justas olímpicas.

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