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Mira

26, marzo 2015 - 13:00

┃ Manuel Gómez

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FOTOS: ALBERTO MONTALVO

AMOROSO, Matías Britos celebra su primer gol en el Clausura 2015 –el segundo desde su arribo a Pumas, en el Apertura 2014– con un beso al vientre de Romina, su esposa, quien está próxima a dar a luz a Paz, la bebita que iluminará el hogar del jugador uruguayo.

“Es la bendición más linda que tiene la vida”, expresa a ESTO, en exclusiva, al que recibe en su hogar, mientras saca las garras de puma y le da una ojeada al Diario de los Deportistas, satisfecho del éxito alcanzado el domingo pasado ante Puebla, gracias al cabezazo que dinamita la portería albiazul en la agonía de ese encuentro.

“Es un nombre que a mi Romi y a un servidor nos agrada”, comparte Britos. “Además transmite cosas positivas y esperemos que también nos traiga Paz a nuestro vínculo matrimonial”, añade el charrúa, contento de su despertar goleador, a tal grado de que le ha dedicado a su mujer y a la bebé, la anotación alcanzada.

Sí, apenas un tanto en lo que va del semestre, fenómeno que se repite al semestre anterior, para totalizar dos dianas bajo la playera del Club Universidad. Durante la breve estancia apenas registra cuatro juegos como titular, todos en el Apertura 2014. Después batalló como relevo y terminó por lesionarse. La ausencia le costó tanto que con apuros ha alcanzado a sumar poco más de 90 minutos en el actual torneo de Clausura, en siete encuentros como sustituto.

“Por suerte se dio el gol e importante para el triunfo del equipo”, destaca Matías. “Era fundamental que ganáramos en casa para demostrar que poco a poco regresamos a sumar y a consecuencia de esto el funcionamiento también mejora y nos ayuda para nuestra autoestima”, destaca.

En la recta final de su anterior equipo, el León, también batalló con los goles. Apenas un gol en el Clausura 2014, su último campeonato como jugador esmeralda.

“Son equipos diferentes, tanto en el funcionamiento interno como dentro del campo, con propuestas distintas. Claro, con la misma idea de ser protagonistas y campeones”, descubre el charrúa.

Matías ha batallado tanto. En su primer semestre, como elemento del León, aportó ocho goles, en el Apertura 2012. En el Clausura 2013 registró seis y en el Apertura 2013, apenas tres tantos. Desde entonces, a la fecha, un gol por certamen, en tres torneos consecutivos, incluido el que se juega actualmente.

Una de las causas, las lesiones. La operación en cervicales ha sido durísima.

“Tuve miedo”, reconoce Matías. “Creí que no volvería a jugar futbol”, resalta, de ahí que le haya sabido todavía más el gol alcanzado ante el Puebla.

“La operación en las cervicales me tuvo muy nervioso. Por fortuna, todo salió bien y me pude recuperar antes de lo previsto, un mes, que me hizo sentir una alegría inmensa, gracias al trabajo que se hizo con el cuerpo médico fue excelente y ahora me falta retomar el nivel futbolístico, luego de tantos meses de inactividad, sobre todo perderle el miedo a la operación”, redondea, seguro de que a partir de ahora todo cambiará, con las garras más afiladas y el Puma en el corazón.