A meses de haber terminado la Copa del Mundo de Brasil 2014, Luis Suárez aún no comprende porqué le dieron una sanción tan excesiva tras el mordisco que le propinó a Giorgio Chiellini en el partido que enfrentó su selección Uruguay, a Inglaterra.

“Una suspensión es una cosa. Pero ni siquiera poder entrenar, como al principio, es un trato peor que si fuera un hooligan”, dijo en una entrevista publicada hoy por el deportivo alemán “Kicker”.

La FIFA suspendió al delantero de 28 años por nueve partidos oficiales con Uruguay -lo que lo dejará fuera de la Copa América de este año- por morder al defensor Giorgio Chiellini durante la victoria de Uruguay por 1-0 ante Italia en el Mundial de Brasil.

Además fue obligado a mantenerse cuatro meses alejado de cualquier actividad vinculada al fútbol.

“En vacaciones tenía incluso miedo de ir a ver jugar a mis sobrinos en Uruguay en categorías inferiores”, explicó en la entrevista. “Según la sanción, no podía pisar un campo de fútbol. Cosa que no entiendo hasta hoy”.

Sobre la etapa que comenzó luego en el Barcelona, el uruguayo destacó la buena relación con sus compañeros, incluido el astro argentino Lionel Messi. “Solemos disculparnos mutuamente cuando no nos pasamos la pelota”, reveló (DPA).