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10, abril 2015 - 14:00

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EFE

Fernando Torres, delantero del Atlético de Madrid, explicó hoy que sus objetivos personales en esta nueva etapa como rojiblanco son “ayudar al equipo, jugar muchos partidos y hacer muchos goles”, consideró el club como su “casa” y deseó poder “vivir una celebración en Neptuno” como cuando tenía “11 años”, en 1996.

“Ojalá pueda vivir una celebración en Neptuno como viví con 11 años por partida doble”, declaró en una entrevista publicada este viernes en la página web oficial de la UEFA, en referencia a cuando era aficionado, jugaba en la cantera y disfrutó con los títulos de Liga y Copa del Rey del histórico ‘doblete’ de la temporada 1995-96.

También habló de las aspiraciones del Atlético en esta edición de la Liga de Campeones: “Cuanto más alto es el nivel que muestras, sobre todo la temporada anterior, las expectativas son mayores y más difíciles de cumplir. El año pasado el Atlético parecía un rival al que la gente quería o prefería respecto a otros, este año ya la gente no tiene claro el querer enfrentarse al Atleti”.

“Somos un equipo que en eliminatorias no es sencillo. Creo que también tenemos que jugar con eso a nuestro favor”, remarcó el delantero, autor de cuatro goles en 18 partidos, diez de titular, desde su regreso al Atlético en el pasado mes de enero y que destacó el liderazgo del argentino Diego Simeone, entrenador rojiblanco.

“Su carácter como jugador y su carácter como entrenador es lo que inculca a la plantilla. Él sabe que somos un equipo que tenemos que ser conscientes de quién somos, de nuestras debilidades y de nuestras virtudes, pero sobre todo de nuestras debilidades. Y explotar nuestras virtudes”, valoró.

“Lo ha hecho como jugador, como compañero, como capitán y ahora lo hace como entrenador. No tenemos un margen tan grande como tienen Madrid o Barcelona o Bayern o Chelsea de poder permitirse el lujo de perder puntos porque luego los puedes recuperar. Somos un equipo que tiene que estar al día. Y bueno, así era de jugador, así lo conocí yo y ahora como entrenador es un reflejo muy claro de lo que era en el campo”, prosiguió.

Fernando Torres, a nivel personal, consideró “difícil de explicar” su propia conexión especial con el Atlético: “Desde que empecé a jugar al fútbol he sido aficionado de este equipo. Tuve la suerte de entrar en este club con 10 años, el año del ‘doblete’, fue un año en el que al ganar la Liga y la Copa (1995-96) viví momentos muy buenos, muy grandes… Y partir de ahí viví momentos que iban de más a menos hasta incluso el descenso a Segunda División. Pero la ilusión y la pasión de los aficionados con el equipo se mantuvo”.

“Cuando prácticamente te formas en un club como jugador y como persona, te enseñan unos valores del club que al final todos perseguimos y aprendemos en el día a día, en nuestra vida normal. Esfuerzo, sacrificio, el luchar, el creer… Es algo que me ha servido en todas las facetas de mi vida”, añadió.

“Es un sitio en el que estoy como en casa. Lo considero mi casa. Así me lo han hecho sentir cuando he estado fuera, entonces volver es hacerlo a un sitio donde sabes que la integración es fácil”, continuó Torres, que repasó su ascenso al primer equipo en 2001 y cuando asumió el rol de capitán del Atlético con tan solo 19 años.

“Hay dos maneras de verlo. La parte positiva de que el club estuviera en momentos complicados es que el ascenso al primer equipo es más ‘sencillo’. El club estaba en una situación delicada y no se podían acometer grandes fichajes y se subieron a muchos jugadores de la cantera”, recordó.

“No sólo subí yo, también subieron Ortiz, Antonio López, Cubillo y muchos jugadores que ayudaron al primer equipo a intentar volver a Primera División. Entonces las opciones eran mayores. También tuve suerte de que todo salió bien y me pude quedar en el equipo en la temporada siguiente, en la que sí logramos ascender”, rememoró.

“Luego, llegó la temporada con Luis (Aragonés) en la que conseguimos el ascenso. Dos años después, el 90 por ciento de la plantilla había cambiado y me encontré con que yo, Carlos Aguilera y José Antonio García Calvo éramos los tres capitanes del equipo. Yo tenía 19 años, una edad en la que no estás preparado para ser capitán, pero en la que te corresponde por antigüedad, ya que era el método que entonces se utilizaba en el club”, concluyó.

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