HIDALGO.- El ‘Huracán’ se pinto de azul y oro.
La gris y fría carretera que conecta al Distrito Federal con Pachuca se convirtió en un verdadero carnaval. Autos, camionetas y camiones desfilaron en caravana, rumbo al estadio Hidalgo todos con banderas y mantas que ondeaban en el cielo hidalguense en apoyo a Pumas.
El transcurso de las porras fue pacífica, pues no hubo actos vandálicos, al contrario muchos se pararon en la carretera a comer, mientras otros a tomarse fotos en los paisajes.
Su llegada al ‘Huracán’ fue tranquilo. El numerozo grupo de seguidores se concentró en la parte norte del inmueble, donde bebieron, bailaron, brincaron y lanzaron cánticos de aliento a los universitarios.
Dos horas antes del inicio del encuentro ingresaron al estadio e iniciaron la fiesta, la cual duró los 93 minutos del partido.
A diferencia de los felinos, la afición de los Tuzos se mostró apagada, pocos apoyaron, únicamente se concentraron a observar el encuentro, pero cuando cayeron las anotaciones de los hidalguenses, el Huracán hizo explosión, los cimientos vibraron y aquello fue un manicomio.
La algarabía de los locales inició en los últimos minutos cuando se sabían ya ganadores del encuentro, por lo que aplausos y cánticos se equipararon con los auriazules para ensordecer a los presentes y enchinarles la piel, pues la pasión de desbordó. (Tonatiuh G. Trujillo/Fotos Erik Estrella/Enviados especiales)