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12, abril 2015 - 17:07

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Cornellá de Llobregat (Barcelona), 12 abr (EFE).- El Espanyol y el Athletic tenían cuentas pendiente desde que el equipo vasco eliminó al blanquiazul en las semifinales de la Copa del Rey y Sergio García, en el minuto 37, culminó la revancha que permite a los suyos sellar prácticamente la permanencia y soñar con los puestos europeos.

El anfitrión no redujo su apuesta ofensiva después del tanto de su capitán, aunque nunca pudo relajarse ante el acoso visitante en los minutos finales. La defensa y Kiko Casilla estuvieron sólidos y sin lagunas. Los de Ernesto Valverde echaron de menos a Aduriz, su referencia habitual arriba.

Al principio del encuentro, el Athletic exhibió un juego más combinativo. El Espanyol también mostraba un fútbol rápido, con buenos detalles de Sergio García. De todos modos, apenas hubo ocasiones de gol claras en los primeros compases. Los dos conjuntos carecía de precisión en el último pase.

El equipo de Valverde se adueñó poco a poco del ritmo y del balón. Avisaron Beñat, Mikel Rico y Williams, siempre atentamente vigilados por la defensa blanquiazul. Los locales no estaban encerrados en su área, pero tenían más problemas en la circulación y llegaban al área de Iraizoz con menos facilidades.

La ocasión más clara la tuvo Stuani, en el minuto 26, a punto de conectar un centro de Lucas Vázquez. El dominio del choque se equilibraba a medida que se acercaba el descanso. El Athletic no era tan incisivo y el Espanyol se lanzaba a por el primer tanto de la tarde.

Después de varios minutos de mérito, el premio le llegó en el 37. Mikel Rico, como excepción a un gran partido, perdió un balón en la medular. Víctor Álvarez asistió a Sergio García, eléctrico, que batió con un disparo picado a Gorka Iraizoz.

En la reanudación, el Athletic buscó igualar el encuentro. Tenía más posesión, pero seguía sin acierto de cara a portería. La defensa local seguía bien posicionada y Kiko Casilla era un seguro bajo los palos. El meta despejó las advertencias de Ibai, muy seria, y Williams, más inocente, en el minuto 65.

Sergio González apostó por rematar el choque y dio entrada a Caicedo por Stuani. Replegarse no era la consigna, aunque el Espanyol sí minimizaba los riesgos. Los ‘leones’ insistían. Ibai, de nuevo en el minuto 74, lo intentaba con un disparo cruzado que hizo suspirar al Power8 Stadium.

Los minutos finales estuvieron marcados por la resistencia blanquiazul. El bombardeo de centros al área de los de Valverde dejaba muy claro que el choque no estaba ni mucho menos cerrado. El bloque vasco recuperaba el balón en el doble pivote e insistía. Los locales, bien posicionados, esperaban a la contra.

El técnico blanquiazul iba a por todas. Lejos de refrescar o engordar la defensa, oxigenaba la parcela ofensiva con Montañés por Lucas Vázquez: toda una declaración de intenciones. El cronómetro invitaba a la precipitación del Athletic, que, aunque inquietó al anfitrión, se fue sin ningún punto de Cornellá-El Prat.

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