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14, abril 2015 - 17:14

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POR DANIEL CHANONA
CORRESPONSAL

MADRID, España.- Desde la final de Lisboa, el Atlético de Madrid no se ha dejado vencer ni una sola vez por el gigante de la Castellana. Son ya siete partidos, cuatro derrotas y tres empates, el más reciente fue el de este martes por noche en el estadio Vicente Calderón. El resto han sido una final a doble vuelta de la Supercopa de España, unos cuartos de la Copa del Rey y los dos encuentros de Liga, duelos que se han saldado con 12 goles a favor y cuatro en contra del equipo colchonero. “La eliminatoria”, para Diego Pablo Simeone, entrenador de los rojiblancos, “aún está abierta”.

“En el primer tiempo el rival jugo mejor. Tuvimos la posibilidad de contar con un gran (Jan) Oblak ante grandes situaciones, la más clara fue la de Gareth Bale. Lo mejor del partido fue nuestra reacción en el segundo tiempo. Nuestro equipo cambió la intensidad y el ritmo de juego, entonces el partido comenzó a ser mucho más cercano a lo que nos imaginábamos para el inicio”, reflexionó el técnico argentino, quien llenó de elogios el aporte de Antoine Griezmann. “Hizo un partido bárbaro. Luchó con dos futbolistas muy grandes, como (Sergio) Ramos y (Raphael) Varane”.

Las estadísticas, consideró Simeone, no confortan al Atleti pensando en la celebración de vuelta, que se disputará el 22 de abril en el Santiago Bernabéu. “No, porque no valieron tampoco los 14 años sin ganarle al Real Madrid, y un día se resolvió en el alargue de una Copa del Rey”, rememoró. “Será un partido con lo más lindo que tiene el futbol: ansiedad, temor, responsabilidad, lo que hace enamorarnos de este deporte tan bonito”.

“En cuanto uno piensa en conseguir una ventaja no sucede así, porque los rivales son muy buenos”, tan buenos que cuando sufren bemoles en su juego, como el 4-0 que recibió el Madrid del Atleti en el último derbi disputado en el Calderón, originan crisis que solo el presidente logra gestionar. Florentino Pérez, por ejemplo, se encargó de resolverla con un par de visitas a Valdebebas que infundieron nerviosismo entre los miembros de su plantilla, exigida a redimir su mote de campeón.