Con la tecnología de Google Traductor

Mira

16, abril 2015 - 0:34

┃ María Vega

pacquiao

LOS ANGELES, CALIF .- Floyd Mayweather es el que habla de glamour, de millones de dólares, de sus lujosos autos y su mansión digna de un sultán. Pero de éste lado, en donde está su rival del 2 de mayo Manny Pacquiao también hay lujo y ostentación.
El de ayer fue un día más de trabajo para el filipino, miembro del gobierno de su patria, en donde tiene un cargo.
Freddie Roach, su manager, expresó que el “Pacman” se levanta todos los días a las 4.30 de la madrugada para correr en un parque de Los Ángeles, y con él también van alrededor de 15 personas, entre las que se cuentan un entrenador, un preparador físico, un masajista, un médico, alguno de sus familiares, dos o tres choferes, el infaltable manoplero, un sécond, y varios guardaespaldas que son auténticos pesos completos, bien armados y expertos en cuidar al más encumbrado.
Después de correr, Pacquiao se dirige a una suntuosa casa que compró en Beverly Hills, la zona más exclusiva de Los Ángeles, y de los lugares más caros del mundo. Ahí desayuna, descansa, y a las 15 horas se hace presente en el gimnasio.
Es la hora del entrenamiento. Se espera la llegada del filipino al gimnasio Wild Card. Decenas de aficionados aguardan su llegada, pero sólo se permite el ingreso de los medios, alrededor de 80 personas de prensa escrita, televisión, radio, internet, etc.
Llegan cuatro elegantes camionetas de color negro blindadas, y de ellas desciende Pacquiao con su séquito. Todos portan pants de lujo con el nombre del asiático. Manny luce joyas, reloj caro, y cuando comienza a vestirse para entrenar, le dá sus joyas a un familiar de confianza.
Cada vez se ve mejor el filipino, y cada vez convence a más gente de que dará la gran sorpresa en el hotel MGM de Las Vegas. Manny entrena, y decenas de reporteros se agolpan alrededor del ring. Son muchos, la mayoría quedan lejos en la multitud.

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí