HUMILDE, sencillo y carismático, así se mostró Ronaldinho.

El mítico ’10’ de aquel Barcelona ingresó al campo al minuto 83 y se robó los reflectores, aplausos y ovaciones, el Coloso de Santa Úrsula se le rindió a los pies.

En cuanto tocó su primer balón los ‘oles’ estremecieron los cimientos del Azteca, de pronto el carioca volvió loco a los miles de seguidores presentes, quienes sacaron sus celulares para captar el festejo de ‘Gaucho’, quien rompió las redes de Hugo González.

La samba fluyó por su venas, llegó hasta sus pies y lea demostró que aún disfruta el fútbol.

Minutos más tarde Ronaldinho escribió historia, pues marcó su primer doblete en nuestro balompié y volvió a arrancar los aplausos de los miles de aficionados presentes, quienes vivían una locura, pues dejaron de alentar a sus amadas Águilas por disfrutar y apoyar al ’49’ de Querétaro.

En cuanto Paul Delgadillo pitó el final del cotejo, ‘Dinho’ se acercó a la porra visitanre, levantó los brazos, aplaudió e hizo algunas reverencias en agradecimiento al apoyo recibido, situación que extendió al resto del inmueble, quien por última vez le volvió a aplaudirle a una de las figuras más grandes que ha dado el fútbol. (Tonatiuh G. Trujillo)