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21, abril 2015 - 10:17

┃ Manuel Gómez

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GOLES son amores…
Gerardo Alcoba nuevamente hace acto de presencia al hacer un tanto que a la postre le dio la victoria a los Pumas y además tres puntos importantes en la lucha por la calificación.

Tres goles y porta el 3 en el dorso.

Alcoba lleva tres tantos, el primero lo hizo en la jornada 3, ante el Toluca; el segundo en la jornada cuatro, frente al Atlas, que le dio el empate, y ahora en la jornada 14 contra Santos, al que vencieron 1-0.

Este charrúa está feliz porque su anotación es de azul y oro.

Una vez más, el espigado defensa auriazul recibió a ESTO en su hogar, donde platicó lo que ha significado ser jugador de los Pumas, del equipo que representa la Máxima Casa de Estudios en México.

Alcoba llegó al futbol mexicano, con los universitarios, gracias al buen ojo clínico de Fernando Pavón, y la verdad, los foráneos como Gerardo son bienvenidos. “Fernando es un gran amigo”.

No es constante que un zaguero haga goles y Alcoba se ha caracterizado por eso, por su constancia, sabe aprovechar su estatura y remates con la cabeza.

Es certero.

“Me gusta mucho hacer goles, y es cierto que es muy esporádico que un defensa haga goles, pero en lo personal, me gusta, más allá de mi labor defensiva, que es algo que tengo que cumplir siempre, me encanta. He anotado tres goles, que es un lindo número para este torneo, con ese dígito me identifico, es el que llevo en la playera, y espero que haya más múltiplos, esperando que haya más anotaciones”, explicó.

Goles que dan puntos, tienen más valor.

“Durante mi trayectoria he tenido la suerte de hacer goles que tienen doble valor porque han ayudado para ganar, y aquí con Pumas no ha sido la excepción, por eso me siento contento, pero mucho tiene que ver la suerte, porque vale mucho más el gol”.

Recordó su primer tanto, que le hizo al Toluca, apenas a los dos minutos de acciones.

“Cuando hice el gol tempranero pensaba en que nos ayudara para ganar, y por fortuna fue el primer paso para abrir el camino a la victoria, y cuando finalizó el partido estaba muy contento”.

Destaca su adaptación con los Pumas y jugar en este futbol mexicano.

“Llegué a un club que la marea estaba complicada, con situaciones difíciles, altibajos, pero la idea era no decaer y unirme al grupo para que el equipo levantara”.

No tiene varita mágica, sólo confianza.

“Cuando me agrego al ataque en busca de un gol, creeme que lo hago con mucha fe. Mis compañeros me dicen que tengo un imán porque el balón me llega, pero más bien es una situación de grupo, aunque también busco el pelotazo”, abundó.

Anotar para Alcoba es indescriptible.

“No sé qué decir cuando hago un gol. No lo puedo describir con paletas, pero sí transmitir mi alegría. En el momento que la pelota termina en gol, en milésimas de segundo hay un silencio y después una explosividad, pero mi mente sigue bloqueada y la comparto con mis compañeros”.

Alcoba posee garra charrúa, a la que le ha inyectado la garra auriazul y surgen zarpazos letales. “Mi trabajo es la defensa, pero me gusta hacer goles, y es una bonita costumbre”.

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