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Mira

21, abril 2015 - 23:33

┃ Javier Juárez

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POR JAVIER JUÁREZ
FOTOS: ÉRIK ESTRELLA
ENVIADOS ESPECIALES

GUADALAJARA.-El festejo no llegó, vestidos y alborotados se quedaron miles de aficionados rojiblancos alrededor de la Minerva, los seguidores del Rebaño lloraron el revés de su equipo. La copa se quedó en Puebla, otra ocasión será.
Multitudes de aficionados se congregaron en el histórico lugar con la esperanza de celebrar un nuevo titulo, la última vez que estuvieron ahí fue en el 2006, el ayuno ya se alargó de más.
Una pantalla gigante se colocó enfrente del emblemático monumento para que el público tapatío observara el juego.
Los aficionados rojiblancos acudieron a la cita, decenas de seguidores comenzaron a llegar al lugar desde una hora antes del partido.
Parejas, familias enteras, además de la infaltable porra aparecieron para darle colorido al monumento.
Banderas, tambores, trompetas y miles de playeras rojiblancas tapizaron el lugar.
Comenzó el juego y el ruido se incrementó de forma considerable.
El fervor duró poco, Facuando Erpen silenció a los miles de asistentes, un ex atlista hizo la maldad.
Un ex azulcrema amargó la noche tapatía todavía más, el “Canguro” Rey acrecentó la ventaja..
La resurrección del Rebaño llegó hasta el complemento, Aldo de Nigris le devolvió la felicidad a los suyos, dos goles del regiomontano igualaron todo.
El grito de “Chivas, Chivas, Chivas” retumbó en el lugar, el momento era rojiblanco, cervezas volaron de todos lados.
La emoción se extinguió de inmediato, el “Chavo” Alustiza le devolvió a los suyos la ventaja.
El mismo Matías selló la amargura rojiblanca, el silencio se hizo presente.
El Cuau recogió abucheos a distancia, los seguidores del chiverío arremetieron contra él cuando entró al campo.
Un penalti revivió la ilusión de los presentes, Aldo tuvo la gloria y erró.
El apagón al final del juego no solo sucedió en el recinto poblano, la oscuridad llegó a Guadalajara. El sueño se extinguió.
No hubo más, los miles de seguidores rojiblancos observaron con enojo el adiós y la celebración del último ídolo americanista, Cuauhtémoc Blanco.