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Mira

3, julio 2014 - 22:28

┃ María Vega

paisaje-web

POR LUIS GARCÍA OLIVO/ FOTO: JORGE BARRERA/ ENVIADOS ESPECIALES

SALVADOR DE BAHÍA.- Detrás de los innovadores edificios y las nuevas avenidas, se esconde profundamente el centro histórico de esta ciudad, recinto en donde se recorre la historia, la belleza y los orígenes de Brasil y sus habitantes.

Si bien no se recorrió todo, pues es severamente grande, el camino fue fructífero y rico en dar testimonia de todo lo que  se cuenta por sus calles empedradas, inclinadas, estrechas y pintorescas, mismas que le dan un toque primordial.

HISTORIA

A diferencia de lo que es Natal, Fortaleza y Recife, Salvador de Bahía fue la entrada de los antiguos conquistadores portugueses y holandeses, mismos que saquearon y poblaron la ciudad y el país con esclavos africanos, por lo que aquí se escribieron batallas, rebeliones, independencias y lo que hasta hoy en día se presume por la televisión y los slogan publicitarios de turismo, “Salvador de Bahía, Primera capital de Brasil”.

Así que con la dicha de haber sido la primera capital del país y además de contar con ostentosas construcciones que rodean las playas, las calles empedradas dan comienzo cuando uno asciende al centro, ya que se encuentra en un cerro que al subirlo regala grandes paisajes, atardeceres y contacto con un cielo azul que se une al suave mar de la Bahía de Todos los Santos y los grandes buques que se anclan a esta playa, como antiguamente los hicieron piratas y conquistadores.

Comercios de todo tipo, desde farmacias, panaderías, lavanderías, restaurantes y mercados convergen a la perfección con las estrechas calles, iglesias, plazas, teatros y museos que guardan la historia desde 1549, año en el que se fundó la ciudad.

CIELO, MAR Y BUQUES

Al llegar a la cima, el edificio de la Prefectura y la Plaza da Sé obsequia una vista casi perfecta, pues desde las alturas se llega a las puertas del tan popular elevador Lacerda, mismo que es uno de los principales símbolos de los habitantes de Salvador, frente a él se añade el Mercador Modelo, un tipo mercado la Ciudadela en el Distrito Federal en donde se venden montones de artesanías y  souvenirs brasileños.

Probablemente el centro podría asemejar al de Guanajuato, pero las fachadas de colores lo hacen cien por ciento colorido, lo malo es que como es una costumbre en Brasil, los habitantes arruinan el paisaje con montones de basura por las calles.

MILAGROS DE BONFIM

Unas ricas empanadas y un refresco de guaraná en mano, acompañan el recorrido en donde se numeran varias iglesias que da pie a la enorme fe de los brasileños. Los recintos son tan antiguos que en el olor a la madera se reconoce, los retablos brillan a metros pues cuentan con autentico oro que es conservado hasta ahora, en ellas no hay veladores que dan testimonio a los milagros, sino las pulseras de Bonfim de Bahía que decoran la herrería y protección a la entrada de la misma con millones y millones de cintas, un relieve único y multicolor, que envuelve a los barrotes y que, con la suave brisa parece que los barrotes cobran vida debido al movimiento.

Las calles son angostas y hoy son vistas con decoraciones amarillas y verdes, pues conmemoran la independencia de Bahía, la cual se celebró el pasado 2 de julio, por lo que aún hay restos de la fiesta y aquellos que siguen celebrando, pues sin problema alguno beben por las calles.

MICHAEL JACKSON

El centro es ideal para pasear con la novia, pero recomiendan que se ande con cuidado, pues es fuertemente inseguro, sin embargo uno toma sus cuidados, más allá de que sean pocos los turistas que se observan y más brasileños de raza negra, ciudad en donde se cuentan más.

Al descender se llega a la plaza de Pelourinho, en donde hoy cuelga un enorme farol y que a su vez fue parte del video de la canción, They Don’t Care About Us de Michael Jackson, en donde el mismo Rey del Pop retrató la ciudad, el habitante, las favelas, pobreza y el amor a las percusiones de todos tipos y tamaños, por lo que la Plaza fue más conocida a nivel mundial, así que os pocos turistas no perdieron la oportunidad de retratarse en un camino inclinado y empedrado, en medio de bares y restaurantes que aún son parte de la resaca por la fiesta de independencia.

APUNTE

El centro de Salvador de Bahía es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1985.