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Mira

3, julio 2014 - 22:38

┃ María Vega

elevador-web

SALVADOR DE BAHÍA.-Así como Río de Janeiro cuenta con su Cristo de Corcovado, esta ciudad presume al Elevador Lacerda, mismo que es un pecado no visitarlo.

Un altísimo elevador parece no decir nada, pero dentro de él se guarda también parte de la historia de Salvador, pues en las faldas del cerro –centro histórico- se construyeron unos enormes pilares que cargan con 72 metros de altura, misma donde se aprecia la gran vista que regala la Bahía de Todos los Santos.

El elevador fue inaugurado en 1873, pero conforme los años pasaron recibió sus adecuaciones para lo que hoy en día es. Bajo él también se expone el lema de “un elevador que liga dos ciudades”, pues tal cual, une al centro histórico que está en el cerro y al resto de la ciudad que se encuentra debajo, en donde hay avenidas, calles, glorietas y hasta la Bahía y Fuerte de la ciudad.

Cuentan que antes transportaba herramienta, alimentos y  animales como parte del comercio entre los pobladores de arriba y abajo, pero hoy completamente es un “medio de transporte”, además de ser un lugar ideal para el turista, pues el habitante solamente lo ocupa ya sea para ascender o descender y así evitarse dar completamente una vuelta a la ciudad en camión para llegar a su lugar de trabajo.

Así que mientras uno lleva sus cámaras fotográficas para captar la puesta del sol con toda la energía, los de aquí llevan el pan de cada día a sus casas en medio de un incontenible cansancio y hambre, todo ello en un elevador de casi tres por tres metros, que al momento de subir se siente como un juego mecánico, por lo que los oídos se tapan y cuando menos lo imaginas uno ya está abajo en segundos.   (LGO/ Foto: Jorge Barrera/ enviados especiales)