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24, abril 2015 - 13:05

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
ENVIADO

AGUASCALIENTES, Ags.- Principalmente los toros de Campo Real, que han estado debidamente presentados para los toreros de a pie, no ofrecieron un alto porcentaje de condiciones para el lucimiento de los coletudos Juan Pablo Sánchez y Arturo Saldívar, pero este dúo de jóvenes matadores sí patentaron una entrega que estuvo por encima de sus respectivos lotes, dejando incluso, ante lo imposible, bocetos del bien torear cada uno en su estilo. Lo imperdonable es que ambos estuvieron fatales con los aceros, dejando escapar los trofeos.
El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza se ha visto mejor que nunca, enseñando dos facetas del rejoneo de acuerdo a los que sus socios le permitieron, procedentes de Santa Bárbara, el primero un pavo, que poco se movió y el segundo menos aparatoso, de Fernando de la Mora, lo cual ayudó a que se desplazara con más alegría. Finalmente, Pablo fue el triunfador al cortar la única oreja del festejo.
Al tercio los hidrocálidos junto con el navarro tras el paseíllo, ante una plaza que registró más de media entrada. Un aforo halagador que habla del interés, sobre todo, de los jóvenes espadas que se han manifestado a pleno.

MAGISTRAL
Agradecido, primer toro de Pablo Hermoso, sobrado de trabajo, le permitió hacer el rejoneo bonito colocando banderillas largas y cortas. De buen son el toro aunque justo de ambición y con lo poco que tuvo, Hermoso logro momentos dignos, claros, asolando la gran madurez que posee, toreando magistralmente. La mala suerte es que acertó para desacordar al toro, la gente abucheó sin sentido y silencio al torero.
Ante su segundo, de Fernando de La Mora, Catrín, menos aparatoso que el anterior. Y esto ayudó bastante a que tuviese mayor recorrido y que la labor de Pablo se viera mayor embellecida logrando sus suertes clásicas, incluso poniendo palos a dos manos, que la gente le ovacionó con fuerza. Tenía el caballero la romería metida en la canasta, con una faena llena de emoción y desbordada entrega. Y esta vez acertó con el rejón de muerte, una oreja a petición, y aplausos al toro. Aunque a decir verdad la faena fue bastante completa, pobre es su premiación. Y en la vuelta al ruedo le tocaron pelea de gallos.

TEMPLE SIN OBJECIÓN
Juan Pablo, ante Flamenco, meció los brazos con calidad a la verónica. Le costaba desplazarse al toro, sin embargo, le cuadró un planteamiento eficaz y una vez entendidos ambos se dio a torear con el temple que le caracteriza. Tandas cortas por las condiciones de animal, pero de una hondura sin igual. Mal con la espada.
Cumpleañero, segundo de su lote, logró magníficas verónicas, templadas, escuchando dianas en las alturas para finiquitar por quites portentosos. Brindó a Diego Sánchez, que hoy toma la alternativa.  Los toreros buenos andan descalzos. Juan Pablo se deshizo de las zapatillas para hilar una primera serie soñada de temple, sintió el toro que tenía dueño y tras rematar los pases el animal se rajó y no dejó de ir a las tablas pese a que Juan Pablo lo sujetaba. Finalmente lo toreó donde el astado se sintió a gusto, extrayendo pases de mucho mérito y buen corte, sobrado de entrega, muy por encima. Pero desdichado animal ya no dejó que el torero se explayara como al principio, por lo que nos quedamos con una buena untada de miel en los labios, solamente. Esta vez el torero no estuvo certero con el acero. Fuerte salida al tercio.

ENTREGA SIN RESERVA
Cerró plaza Arturo Saldívar, Joaquinillo, primero de su lote, que se mostró manso ante las monturas del picador. Y por consecuencia resultó descastado ante la muleta, refugiado en tablas que siempre buscó.  Arturo le intentó de todo pero no logró hacerse del toro, aunque logró extraer muletazos aislados de buena manufactura.  Estocada en mal sitio que le fue abucheada.
Ante su segundo, Suspiro, se lució por chicuelinas que el público coreó y la banda de música le reconoció. Quitó por lopecinas tras el pellizco que recibió el toro en varas. Su socio se hizo del rogar, con base en insistencia Arturo logró no más de cuatro tandas de muy buena calidad con la mano derecha. Mal con la espada.