MATOSAS entiende que hay días complicados, pero también días gloriosos: “El día de tu semana más complicada, puede ser el día de tu semana más gloriosa”, observó. “Si te quedas en el agua templada siempre estarás en el agua templada, es cuando el agua está fría que tienes la posibilidad de pasar al agua caliente, eso es lo que buscamos, eso es lo maravilloso de esto”.

Consciente de quedar a deber buenos resultados y sin poner pretextos a la irregularidad, reconoció que “las grandes hazañas se dan cuando las crisis llegan y de pronto tienes la posibilidad de salir de ellas”, resaltó. “El Clásico no da la posibilidad de entrar a la Liguilla y todo dependerá de lo que hagamos en la cancha, lo vemos con un reto”, agregó Matosas, quien tras perder contra Veracruz presentó su renuncia, pero el vicepresidente deportivo del equipo, Ricardo Peláez no se la aceptó.
“El puesto del entrenador está siempre en juego y espero lo mismo, mi umbral me lo pongo muy alto, mi peor crítico soy yo, me gusta ser así, quiero todo, voy por todas las canicas, y el puesto del entrenador ¿qué día no está en riesgo? Está siempre, pero uno tiene que aprender a convivir con eso, que hablen de un técnico u otro, encantado, ¿por qué me voy a ofender?, así son las reglas”.

Sin embargo y pese a igualar en la final de ida de la Concachampions, “afortunadamente acá he recibido un gran respaldo, pero tengo presente que vivo de los resultados, quiero trascender y buscar la gloria, para eso estoy aquí”.

Así que el charrúa toma sus medidas. “Siempre dejo una maleta en la puerta, en la parte de atrás, la escondo en el baño cuando alguien nos visita, porque es una forma de decirme: No sabes cuánto vas a estar acá, porque si no me hago una trampa metal, en cualquier momento arrancas con todas las fuerzas”, agregó sin olvidarse de su firme responsabilidad ante el vaivén de los resultados.

“Voy a ser siempre el responsable porque soy el líder, el encargado, y no le saco el golpe al cuerpo, así va a ser mientras esté yo”, dramatizó. (Luis García Olivo)