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28, abril 2015 - 19:46

┃ Luis García Olivo

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MONTREAL, Canadá.- El césped sintético del Olímpico de Montreal fue puesto en su totalidad, y aunque visiblemente no luzca de la mejor manera, América e Impact reconocieron el terreno de juego a horas de disputar la final de vuelta de la Concachampions.

Con el domo cerrado, América trabajó por espacio de casi dos horas en el lienzo verde, la labor comenzó a las 18 horas tiempo de Canadá (17 horas de México) en donde con equipo completo se dispusieron a exigirse, aunque algunos de manera más tranquila.
Durante los diez minutos que tuvo acceso la prensa, Oribe Peralta realizó trabajos por separado, ya que acarrea un problema muscular que no lo ha dejado estar al cien desde las semifinales frente al Herediano.

Así que el “Cepillo” fue cuidado para que esté listo durante los 90 minutos, más allá de que la semana pasada marcó en la ida.

Hubo otros quienes prefirieron tomar las cosas con calma, como en el caso de Moisés Muñoz y Pablo Aguilar, quienes esperaron sentados cerca de la zona técnica para laborar. En tanto que los aparentes titulares realizaron el tradicional “torito” y los elementos más jóvenes apenas pelotearon en el otro extremo de la cancha.

Mientras el América trabajó, la sombra del olimpismo los arropó con la espera de alzarse con el triunfo en una sede que será doblemente histórica en el caso de salir airosos o con el descalabro, pues en los últimos años los clubes mexicanos se han impuesto en la región.

Así, América extendió sus alas y trabajó oficialmente en el terreno de los de la hoja de maple, esperando continuar con la tradición mexicana. (Luis García Olivo/ Foto: Jorge Barrera/ Enviados especiales)

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