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29, abril 2015 - 21:35

┃ Luis García Olivo

nota-futm-america-impact

POR LUIS GARCÍA OLIVO
FOTOS JORGE BARRERA
ENVIADOS ESPECIALES

MONTREAL, Canadá.- Acostumbrados a venir de atrás, pues así cuentan sus hazañas, América ya ve hacia el sol naciente.

Las Águilas apelaron a los recuerdos, a las memorias triunfadoras en donde a pesar de ir en contra se han levantado con el vuelo como lo fue en aquella final del 2013 frente a Cruz Azul y no hace mucho tiempo frente al Herediano en donde llegaban con goleada, para en ambas, salir victoriosas.

Hoy se añade una nueva proeza, una de esas que también será imborrable y perdurará durante años debido al gran significado por el cómo y dónde se dieron las cosas, al tiempo de proclamarse monarca de la Concacaf e ir en diciembre próximo al Mundial de Clubes.

Y aunque en la ida amarraron el empate frente al Impact y comenzar esta noche en contra a temprana hora, Darío Benedetto, en tres ocasiones, y Oribe Peralta le dieron vida a las Águilas para ponerlas en lo más alto del podio en la zona de la Concacaf y a la vez subirlas al avión que las conducirá a Japón.

La hazaña se dio, la leyenda se alarga y pese a los sustos, América reina en el área, gracias a su de global 3-5 en donde apeló a su juego para dar cuenta de un Impact que hizo lo que pudo, pero no le alcanzó para frenar al nuevo monarca de la Concacaf. Éxito americanista, Matosas cumplió, la costumbre de los mexicanos en el Mundial de Clubes continuará, más allá de que los de Montreal fueran un digno oponente.

EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS

Poco importó que América ofreciera uno de sus peores primeros cuarenta y cinco minutos en la era de Gustavo Matosas para echarse el título en el complemento.

América dejó crecer al rival, lo dejó jugar, pues supo que el Impact no les aguantaría el paso con aquel futbol que está basado en las hazañas, más allá de que perdieran la cabeza y regalaran varias tarjetas amarillas.

En este tiempo para el olvido, Impact se agrandó, los hizo ver mal, exhibió a la defensiva y marcó por conducto de Andrés Romero en gran jugada colectiva con Nacho Piatti que puso a soñar a los canadienses y en el que el “Chepe”, Pablito y Osvaldito perdieron la cintura.

Sin embargo, este guión fue para meterle más drama a la situación, pese a que el “flashback” se centró en la memoria de las Águilas, pues nuevamente les marcaron a temprana hora.

El hecho derivó en la ansiedad y desesperación de las Águilas, mismas en el que perdieron la cabeza y malbarataron las tarjetas amarillas. Aunado al poco orden y los grandes espacios que dejaron en la cancha.

Fin al primer tiempo y momento para replantear la situación. El tiempo Águila llegó y con él el boleto al Mundial de Clubes.

Por increíble que parezca, el Olímpico de Montreal enmudeció, su gente se apagó y el equipo de Klopas dejó de llegar, las piernas no les dieron y los mismos once guerreros Águilas comenzaron a inclinar la balanza a su favor.

En cuestión de minutos, en 16, América escribió su proeza y se llevó el boleto a Japón. Benedetto al 49, Peralta al 64 y nuevamente Darío al 65 apagaron todo esfuerzo canadiense y echaron a volar sus alas frente a un Impact que se fundió con el primer tanto de Darío.

La voltereta estaba dada en un abrir y cerrar de ojos, América apeló a sus raíces, fue campeón por méritos propios y por ese esfuerzo que lo caracteriza de un tiempo para acá, mientras que en el banquillo Matosas caía en la locura.

El replanteamiento causó efecto debido a que América tomó el balón, los puso a jugar a ras de pasto y se afanó en buscar lo soñado pese a que el Olímpico les impuso. La remontada así se ostentó; sin embargo, Darío, ya encarrerado marcó el tercero de su otra gran noche, como aquella frente al Herediano, otra vez un póker.

La locura estaba en el cuadro de Coapa, mientras que las caras tristes aparecieron en las casi 62 mil personas que creyeron en su equipo y en el futbol, y más cuando Jack aventajó, pero ya era muy tarde, las Águilas ya estaban “sentadas” en el avión hacia Tokio.

El reloj ya no dio para más, América se salió con la suya, se sacudió varios partidos sin victorias, tumbó las criticas y consiguió el primer objetivo de Matosas que labró el propio Mohamed, pero hoy el crédito es única y meramente de este equipo que siempre se levantó de la lona para erigirse como el campeón en la zona de la Concacaf, América voló así desde Canadá hacia Japón, país que no visita desde el 2006.

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