SE vivía una verdadera fiesta en Ciudad Universitaria…

Los cánticos, porras y banderas le daban colorido al último encuentro de Pumas en casa, el carnaval estaba en plenitud hasta que una ola de violencia se desató, silenció la alegría e incrementó el morbo.

Con el marcador en contra y gracias al alcohol los ánimos comenzaron a calentarse. Insultos y señas obscenas fueron el preámbulo de una batalla campal, en la cual la porra auriazul conocida como La Rebel se dio con todo, patadas, puñetazos, codazos, palazos y con alguno que otro objeto se golpearon hasta cansarse.

De pronto una parte del estadio enmudeció, uno de los seguidores felinos estuvo a punto de caer del segundo piso del inmueble, pero gracias a la reacción de sus compañeros mantuvo el equilibrio, todo quedó en un susto para él y para el resto del Olímpico Universitario, pues se evitó una tragedia.

Las agresiones duraron aproximadamente 15 minutos y gracias a la oportuna intervención de los cuerpos de seguridad regresó la calma al pebetero, quienes al final del encuentro terminaron abrazados y cantando como si no hubiese pasado nada.

Esta no fue la única bronca. Una hora antes de que iniciara el cotejo entre Pumas y Cruz Azul, a las afueras de CU algunos seguidores de La Máquina agredieron a aficionados felinos. Posteriormente, cerca de la zona de prensa unos jóvenes que compartían la pasión de apoyar a los auriazules se tramaron a golpes, dejando así una tarde de violencia en Ciudad Universitaria. (Tonatiuh G. Trujillo)