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Mira

6, mayo 2015 - 12:55

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POR HÉCTOR REYES

MARÍA Espinoza entra al selecto grupo de deportistas que tendrán en su vida deportiva la marca de seis Campeonatos del Mundo, competencias que han marcado su historia, con la satisfacción de haber sido monarca universal y los sinsabores que la obligaron a cambiar en dos ocasiones de entrenador en medio de polémicas, entre muchas otras vicisitudes que son parte de su historia.
Ella asistirá a su sexta competencia mundialista en Cheliabinsk, Rusia, a celebrarse del 16 al 23 de mayo, con un espíritu diferente a otras versiones en las que ha participado, expresada en el guerrero samurai –figura con la que se identifica-, con una disciplina altamente equilibrada y armoniosa, en la conjunción de las técnicas de combate. El resumen de una década de historia deportiva que la convierte en un símbolo del deporte mexicano de nuestro tiempo, a partir del 2005,  el año de su debut mundialista en Madrid, España, donde llegó a cuartos de final.
“Fue muy padre, porque para mí ver la crema y nata del taekwondo mundial fue muy importante, ver pelear a los mejores exponentes de mi deporte y estar consciente de yo iba a pelear en ese Mundial, me quedé con un buen sabor de boca. Pero, yo quería saber qué se sentía subir al podio”, recordó María al tiempo que tendría su etapa más productiva con el título mundial  y  olímpico en Pekín, China, en el 2007 y 2008. “No sabía de la magnitud de lo que hice en ese mundial o lo que representaba para México. Fue una experiencia muy padre y sobretodo que marcó mi vida”, estableció la deportista que tuvo el objetivo bien claro, desde un principio, desde que llegó al área de combate y disputó la final con absoluta confianza. Aprovechó el nerviosismo de la coreana Lee In- Jong, porque -dijo-, en su país sólo tiene valor el oro del primer lugar, para superarla en un combate inolvidable. María vino de atrás, la venció y quedó con la imagen de una adversaria derrotada a sí misma.
Los Mundiales fueron parteaguas en las decisiones de María: Enfrentó a la Federación Mexicana de Taekwondo y decidió cambiar a los entrenadores José Luis Onofre y Pedro Gato por los malos resultados que obtuvo. Ya no pudo repetir la hazaña de subir al podio en Copenhague 2009, Gyeongju 2011, Puebla 2013 – su peor actuación al caer en primera ronda- y ahora tiene enfrente Cheliabinsk 2015.
En 10 años de mundiales, el taekwondo ya no es el mismo debido a los cambios de reglamentos y adiciones tecnológicas que le han dado un nuevo cariz y María se ha adaptado a ellos: “Hemos sido evolucionando nosotros con el taekwondo, no fue un cambio para mí, sino para todo el mundo. Entonces,  yo creo que me he ido adaptando a esa transformación y ya lo veré en este próximo campeonato”.
Ella es una guerrera samurai que tiene la disciplina de los entrenamientos, contagiada de la adrenalina de la lucha cuerpo a cuerpo y el amor por su país como deportista y representante del ejército mexicano.

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