POR RAFAEL HUESCA
FOTOS: ÉRIK ESTRELLA
ENVIADOS ESPECIALES

GUADALAJARA.- La imagen de Ángel Reyna siempre ha sido de un muchacho rebelde y por momentos indisciplinado, pero nada de eso es cierto cuando se habla del “10” Rojiblanco.
Ángel abrió las puertas de su casa para recibir al Diario de los Deportistas y desde el comienzo se mostró como lo que es dentro de la cancha, un “crack”.
No es para menos, la felicidad de Reyna es total. La salvación de Chivas le ayudó a madurar y pelear por el título con el equipo más popular del país lo hace sentirse realizado, ya que además de cumplir su sueño de estar en un equipo importante, el respaldo de su familia lo tiene a tope, pues semana a semana sus padres lo visitan.
“Siempre he sido un chavo muy tranquilo, muy relajado, siempre familiar. Es gracias a ellos que tengo la capacidad de saltar a la cancha y darlo todo, mi inspiración siempre será mi familia”, dijo Ángel con la tranquilidad que le da estar en tierras tapatías.
“La situación aquí es sencilla, saliendo del entrenamiento me gusta ir a pasear en bicicleta, juntarme con mis amigos, con mi novia, con la familia y convivir un rato, siempre he sido alivianado, es gracias a Dios que se puede dar todo esto, ahora me siento muy feliz aquí y en un momento de mi vida importante”, explicó con la raqueta de tenis de mesa.

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Ángel no evitó hablar del cómo se le conoce en el medio futbolístico, aunque prefirió dejarle las críticas a todos aquellos que gusten hablar de él, ya que se siente tranquilo y con la conciencia completa, más en su incomparable piscina: “No hay mucho que discutir al respecto, yo sé quién soy”.
Adicto a la música y videojuegos, Ángel demostró que es un fuera de serie también en la cantada y en la consola, en ambos mostró dotes que muy pocos saben de su persona.
“La música siempre me ha gustado, lo primero que hago al despertar es agradecer a Dios un nuevo día y después comenzar a escuchar música, siempre está conmigo, hasta luego le entro a la cantada, aunque creo que no se me da bien”, bromeó y continuó “a quién no le gustan los videojuegos, son una distracción, siempre es buen momento para un partido”.
Observó la panorámica que adorna su casa y emocionado saltó a la calle para andar en bicicleta, otra de sus pasiones. “Me siento bien al salir en ‘bici’, me encuentro a los vecinos y los saludo, me siento contento por eso, porque tengo una muy buena vida y se lo agradezco siempre a Dios, ese es un mensaje que me gustaría dejar, trabajar y creer en él me hace el muchacho que soy”.
Con la felicidad reflejada en su rostro, Ángel despidió al Diario de los Deportistas, su amigo, con un hasta luego, pues lo esperará para el momento en el que gane el título con el Guadalajara. “Espero que me acompañen cuando logremos el objetivo, veo al equipo muy bien con todo para ser el campeón”, concluyó.