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Mira

7, mayo 2015 - 21:40

┃ María Vega

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TRES años atrás el tema era muy diferente. Hoy, Octavio García “El Payo” es otra historia. Vaya lío aquel que armó la última vez que pisó Las Ventas, de Madrid, armando una de las broncas más grandes de esa temporada por lo infumable que estuvo. Pero es bien cierto que muy lejos quedó aquel “Payo”, enterrado por los triunfos que después de esa atroz tarde el mismo torero fue sumando, hasta convertirse en lo que hoy es: un torero de palabras mayores, torero para toreros, serio a más no poder y dueño de una tauromaquia madura, plena. Ese “Payo” es el que este sábado regresa a Las Ventas.
A sus 26 años y con un futuro encaminado a ser una figura del toreo, por lo hechos que hablan, Octavio se dio a la tarea en estos tres últimos años de conquistar todas las plazas de toros de mayor importancia en el país, principalmente la plaza México, Aguascalientes y Guadalajara, donde obtuvo Puertas Grandes en cada una en menos de una semana. Aunadas a todas las demás, Octavio ha remarcado su torero obteniendo tardes memorables. No existe mejor momento del torero que ahora y Madrid se va a enterar.
El compromiso de este próximo sábado representa para “Payo” una valiosa oportunidad de elevar su toreo a un siguiente nivel, logrando una consagración importante y que le aventajaría el paso a todos los mexicanos que tienen en la mira el mismo objetivo de triunfar fuerte en Las Ventas. Octavio tiene una gran ventaja, que en México ya tiene un nombre, un sitio, lo único que hace alta es el triunfo contundente de Las Ventas.
“Payo” lidiará este sábado un encierro de la ganadería de Fuente Ymbro, para torear junto a los españoles César Jiménez y Paco Ureña. No es un mexicano más, no es un torero más. Es un matador que ha hecho una campaña mexicana impresionante, poseedor de un valor sereno que espanta y dueño de una calidad que sonroja al más artista. (MAG)