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11, mayo 2015 - 13:49

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EFE

Especialista en acrobáticas y efectivas maniobras, el colombiano Jackson Martínez dio este fin de semana una nueva muestra de calidad, cuando remató de ‘chilena’ su segundo tanto en la victoria del Oporto ante el Gil Vicente (2-0).

Ese gol, el vigésimo que marca en el campeonato luso y el trigésimo primero sumando todas las competiciones, se une a otros espectaculares que ha venido acumulando desde que fichó por el Oporto en el verano de 2012 procedente del Jaguares mexicano y a cambio de 9 millones de euros.

En septiembre de 2012, ante el Beira Mar, firmó el primero de ‘chilena’ con el Oporto y, un mes después, patentó otra espectacular ejecución, al realizar un taconazo suspendido en el aire frente al Sporting de Lisboa.

Ya en 2015, anotó de nuevo de tacón ante el Académica de Coimbra, en un remate al saque de un córner que evocó un tanto del sueco Zlatan Ibrahimovic en 2012 ante el Olympique de Marsella.

El ariete ‘cafetero’ no solo ha marcado, sino que también ha asistido a compañeros de forma acrobática, como sucedió el último marzo, de nuevo ante el Sporting.

Jackson amortiguó cerca del medio campo un rechace aéreo con el pecho, saltó y, en escorzo, dio un taconazo con la zurda que dejó al español Cristian Tello cara a cara ante Rui Patrício.

“También me gusta asistir y, cuando tengo la oportunidad y espacio, me gusta dar pase a un compañero”, ha reconocido Jackson, una postura que contradice la idea de que un delantero ha de ser egoísta.

Anoche, ante las cámaras de televisión, el internacional colombiano justificó el porqué de la ‘chilena’ (o chalaca), considerada por algunos una maniobra frívola.

“No tenía otra opción que la de la chalaca”, se explicó el delantero chocoano, de 28 años.

Un centro desde la derecha de Ricardo Quaresma, lo peinó el brasileño Evandro y Jackson, después de controlar el balón con el pie derecho en el área pequeña, se giró y remató de ‘chilena’, también con la derecha.

El disparo, duro y picado, entró con violencia en el marco del portero del Gil Vicente, el brasileño Adriano Facchini.

Era el segundo que marcaba en el partido, doblete que le sirvió para tomar ventaja en la pelea por ser de nuevo el máximo anotador del campeonato portugués.

A falta de dos jornadas para que acabe, suma actualmente 20 dianas, frente a las 18 de Jonas y las 17 de Rodrigo Lima, ambos delanteros brasileños del Benfica.

En la que para muchos será su última temporada con el equipo norteño (a pesar de tener contrato hasta 2017 y una cláusula de 35 millones de euros), Jackson busca despedirse con una triple corona goleadora, conocida como “Bota de Prata” en Portugal.

En la campaña 2012-2013, la de su debut en Europa, marcó 26 goles, mientras que en la siguiente hizo 20, marca que acaba de igualar.

Contratado en el verano de 2012 como sucesor de su compatriota Radamel Falcao, que había abandonado el club en 2011, “Cha Cha Cha” -su apodo futbolístico- ha batido varios récords anotadores, el último el de máximo artillero de la historia del Oporto en el estadio Do Dragao, inaugurado en 2003.

En tres cursos, se acerca a la centena de goles, pues acumula 91 en 134 encuentros en todos los torneos oficiales (0,67 tantos por partido de media).

No obstante, es esta temporada en la que, de momento, luce su mejor media goleadora (0,77).

Completo técnica y físicamente, su elasticidad, potencia y coordinación derivan de su físico natural (mide 1,85 metros y pesa 78 kilos) y de un intenso trabajo en el gimnasio.

“Me gusta trabajar, tratar de exigirme al máximo, cuando agarras un hábito hay que mantenerlo”, reconoció en una entrevista a EFE Jackson, un futbolista hecho a sí mismo que aprendió a jugar descalzo en la calle en tres modestos barrios de su Quibdó natal: Huapango, Ángeles y Paraíso.

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