POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

LA remera Lila Pérez-Rul señaló que este ha sido su peor ciclo olímpico.
Después de haber ganado el pase a los Juegos Panamericanos, deja la estafeta para que la peleen las demás deportistas, de quienes será difícil que alcancen el nivel de Lila, quien ya fue medallista de plata y oro..
“Tomé la decisión de dejar mi lugar. Dije que si no iba en el single o en el doble más rápido de México, mejor no iba a Toronto. Me habían dicho que la idea era armar el bote con las dos mejores singlistas, lo cual al final nuevamente no cumplieron. En las evaluaciones logré un buen tiempo, pero decidieron mandarme en otro bote que sinceramente tiene pocas posibilidades de medalla, por lo que con mucha tristeza renuncié”.
Platicó que desde que inició el ciclo, tanto la dirección técnica como la FMR han tomado pésimas decisiones.
“Y en los resultados se ha confirmado, como lo que pasó en Centroamericanos, en Veracruz, que nos fue fatal. Así que después de ser medallista en 2007 y 2011, no puedo ir a aspirar a menos que eso. En los tres ciclos olímpicos que llevo, dos de ellos fueron buenos y exitosos, este ha sido con la peor federación”.
También lo que le da pena ajena, es que haya un integrante que dio positivo, que está suspendido por la internacional por dos años y que además sea el que esté evaluando a los remeros.
“Imagínate que lo siguen considerando para Panamericanos. Ahorita están peleando porque le bajen el castigo a 6 meses para subirlo a la delegación que irá a Toronto. Quieren ir a Italia para que abran según los federativos la Prueba B, la cual ya lo hicieron y se confirmó el positivo. Creo que solo falta una audiencia para el castigo definitivo. Pero como es amigo de los federativos, lo están ayudando. Ya que además, él ni siquiera es de los más destacados, nunca ha hecho nada sobresaliente”.
Y por esos detalles es que Lila Pérez-Rul decidió dar marcha atrás a otros Panamericanos.
“En lo personal mi vida está bastante equilibrada, en orden y soy muy feliz. El remo me hizo una mujer fuerte y decidida. Me dio muchas satisfacciones, enseñanzas y grandes momentos de logros y felicidad; pero también le di demasiado. Por eso me voy con la frente en alto, orgullosa de mí”.