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8, julio 2014 - 10:35

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EFE

Cuando Tim Krul detuvo dos penaltis a Costa Rica y clasificó a Holanda para las semifinales del Mundial, todas los focos apuntaron a Louis Van Gaal y su libreta. Su decisión de sustituir al guardameta Jasper Cillessen en el minuto 120 de la prórroga para usar al portero suplente en la suerte de los once metros parecía ideada por un genio. Pero detrás había alguien más.

Cubriéndole las espaldas estaba Frans Hoek, el preparador de porteros de la selección holandesa, que, mientras su jefe aparecía en rueda de prensa hinchado de orgullo, tuvo que aguantar el ataque de ira de Cillessen.

Después de haber trazado un plan meticuloso para afrontar una situación hipotética que finalmente llegó a producirse, el arquero titular se enfadó muchísimo por una sustitución que sólo tres personas conocían.

Pocos esperaban que la gran Holanda acabara sufriendo con Costa Rica y menos que todo se decidiera en una tanda de penaltis. Pero fue así y Hoek sabía qué era lo mejor para la “oranje”. Todo pasaba por colocar debajo de los palos al suplente Krul y aguantar el chaparrón.

“Antes de subir al autobús, Frans Hoek me dijo que si el partido se resolvía en la tanda de penaltis y quedaba una sustitución, entraría al campo para jugar. Pero me pidió que no se lo contara a mi compañero para no desconcentrarle”, narró Krul, el héroe de los cuartos de final.

Cillessen, que lo había jugado todo hasta ese momento, se sorprendió cuando tuvo que abandonar el terreno de juego. Tras saludar a su compañero en la línea de banda, agarró una botella de agua y la tiró contra el banquillo visiblemente enfadado. Hoek, uno de los ideólogos de la gesta, ni se inmutó. Vio la escena tranquilo.

Después, Van Gaal, en rueda de prensa habló de su libreta, de sus ideología táctica y de cómo preparó el plan. Se llevó casi toda la gloria y es verdad que en este Mundial ha sacado las castañas del fuego a su selección con su pizarra en más de una ocasión. Sin embargo, en esta vez lo hizo con la ayuda de uno de sus hombres de confianza, a quien alguno tuvo que pedir disculpas un día después de la acción.

“Veía que Krul estaba calentando y lo que pensé es que el entrenador quería tenerlo preparado por si me lesionaba. Estaba un poco enfadado, quería jugar los penaltis, pero el técnico tomó una decisión por el bien del equipo. Quiero pedir disculpas. Lo he hecho con Frans Hoek. No sabía que era una situación ya prevista. Supuso un shock para mí”, afirmó Cillessen arrepentido.

Dos días antes, el francés Gerard Houllier, miembro del Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA, exentrenador del Liverpool y exseleccionador francés, había señalado a Hoek como un verdadero talento, al hablar de la importancia del entrenamiento específico de los porteros.

¿Pero quién es Frans Hoek? No es ni más ni menos que un preparador de porteros metódico hasta más no poder y que en varias ocasiones a lo largo de su carrera ha seguido el camino de Louis Van Gaal. Antes, defendió la meta del Volendam entre 1973 y 1986. Después, comenzó a desarrollar una labor por la que ahora se le valora.

Estuvo en el cuerpo técnico de Ajax, Volendam, Barcelona, Polonia, Bayern de Múnich y Holanda en dos etapas, la última ahora y en la que por fin ha salido de su escondite gracias a una tanda de penaltis que él controló de antemano. Antes de enfrentarse a Costa Rica, estudió a fondo el modo de lanzar de los “ticos” en la ronda anterior, en la que Grecia fue eliminada por los centroamericanos.

Krul, un portero que sólo había detenido dos penaltis de los veinte que le habían tirado en toda su carrera, se entrenó durante siete semanas para mejorar en una suerte muy complicada para algunos guardametas. Después, añadió a su preparación los vídeos de Hoek sobre Costa Rica. Cuando saltó al campo, ya sabía todo lo que tenía que hacer.

El culpable del éxito fue Hoek. Eligió a Krul con mucho tiempo de antelación. Su estatura (1’93) y su envergadura, le convertían en un potencial parador de penaltis. Lo preparó a conciencia durante semanas y, juntos, lograron llevar a Holanda a las semifinales.

Argentina será el último obstáculo de la “naranja mecánica” antes de la gran final. Mientras Van Gaal medita otra jugada maestra para llegar a la cita de Maracaná, Hoek vuelve a esconderse en la madriguera para continuar con su trabajo poco perceptible. Muy de vez en cuando sale a relucir y en 24 horas podría volver a brillar.

De nuevo los vídeos están a la orden del día en la concentración holandesa. El hombre de confianza de Van Gaal, el que le seguirá al Manchester United, prepara otra posible lotería desde los once metros contra Argentina, que tiembla sólo de pensar en la aparición del gigantón Krul, el parapenaltis instruido por el secreto de Holanda: Frans Hoek.

 

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