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Mira

8, julio 2014 - 18:47

┃ María Vega

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BELO HORIZONTE.- El brasileño elevó a un más el dolor de no contar con Neymar, pues sin él se llevaron la peor de sus goleadas.

De poco sirvieron las máscaras, caras pintadas, pancartas y gritos de todo tipo, pues a la media hora del juego contra Alemania ya estaban eliminados.

Así que el enfado recrudeció y lo que al principio era fiesta, baile, batucada, porras, sonrisas y alegría, a los treinta minutos todo se colapsó, al grado de reprochar el planteamiento de Scolari y abandonar el estadio, pues sus ojos no eran privilegiados para ver una humillación del tamaño del país mundialista.

Miles de caras alusivas al jugador, muñecos en miniatura, playeras con su imagen, pancartas de “Fuerza Neymar” e infinidad de elementos en pos del lesionado, no sirvieron de nada para contener el Mineirazo alemán. La belleza se perdió en las miles de caritas femeninas, que lloraron a “moco tendido” la eliminación.

El maquillaje se les corrió, ni el abrazo de sus novios las consoló y sus fantásticos peinados quedaron a la deriva. En contra parte, el alemán ya cantaba el “Rio de Janeiro, oh, oh, oh”… pues su boleto estaba en sus manos.

¿Mexicanos? Claro que hubo, más allá de que el Tricolor fue eliminado hace más de una semana, los verdes se contaron mínimamente en medio de un mar amarillo, que compartió la tristeza de la eliminación, pero supo cómo levantarle el espíritu al de casa.

Triste, muy triste ver cómo la torcida más grande del mundo se va de su Mundial, pero el hecho del cómo se dio caló más. Adiós Canarinha, adiós en tu casa. (LGO/ Foto: Jorge Barrera/ enviados especiales)

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