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Mira

4, junio 2015 - 13:32

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Notimex

Con mucho drama y hasta su tercer punto para partido, la tenista checa Lucie Safarova derrotó por 7-5 y 7-5 a la serbia Ana Ivanovic y accedió a la final de Roland Garros, primera vez que clasifica a esta instancia en eventos de Grand Slam.

Tras una hora y 52 minutos en la cancha Philippe-Chatrier, la jugadora zurda a la campeona de la edición de 2008, para luego desplomarse sobre el polvo de ladrillo parisino pues además de un logro personal, cortó una racha de 34 años sin una representante de su país en el duelo por la Copa Suzanne-Lenglen.

En 1981, Hana Mandliková levantó su único trofeo en la Ciudad Luz de un total de cuatro “Majors” que se adjudicó en su carrera, luego de despachar a la alemana Sylvia Hanika y será el sábado que Safarova tenga la oportunidad de emular a su compatriota.

Fue hasta su undécima participación en París que la décimo tercera favorita pudo hacer algo de trascendencia en este torneo, en el que su mejor avance era la cuarta ronda en la que se instaló en 2007 y 2014.

Con el aliciente de haber dado una lección en octavos a la aún vigente monarca, la rusa María Sharapova, la checa se sacudió del 2-5 que la tenía hundida en el primer parcial y con muestra de madurez, engarzó cinco “games” para adelantarse en la pizarra.

Del otro lado la de Belgrado pagó muy caro un par de inoportunas dobles faltas en el 5-5 y se quedó atrapada en el arrepentimiento por desperdiciar tres de las cuatro chances de quiebre, en momentos clave en que su contrincante se estaba ahogando en la inexperiencia.

La pena acompañó a Ivanovic en el amanecer del segundo episodio, cambiaron los papeles y ahora ella era la que padecía con el segundo servicio, por lo que dejó en bandeja de plata la posibilidad de que la zurda se colocara 3-1.

Cerca estuvo de entregar otra vez su saque instantes más tarde, pero la ex número uno del mundo sacó el orgullo y tras salvar ese segundo golpe, que pudo ser definitivo, se animó un poco más y despertó de nuevo las imprecisiones de su rival.

Como se mantuvo el script en los “games” siguientes, a Safarova se le presentó el escenario de cantar victoria desde la línea de servicio, pero ante un terreno hasta ahora desconocido, se nubló su conexión con la raqueta y conectó tres dobles faltas de cinco que cometió en ese rollo, una de ellas en “match point”.

Justo cuando la vencedora de hace siete años festejaba con su clásico puño cerrado, Safarova cambió el chip y le volvió a romper para sacar 6-5 y esta vez sí, no falló. Ahora sólo le resta conocer a su siguiente oponente, la estadunidense Serena Williams o la revelación suiza Timea Bacsinszky.