Por: José Ángel Rueda/ESTO en Línea

Entres sus selvas, sus desiertos y sus extensas cordilleras, Sudamérica vive. En su historia, repleta de luchas y anhelos, surgen otras más. El Cono Sur del continente se eleva entres sus leyendas, entre sus guerras libertadoras. Siempre acompañadas por un balón que desde tiempos remotos no ha dejado de girar.
Desde su fundación, allá en el inicio del Siglo XX, cuando el futbol se jugaba entre inmigrantes ingleses y los delanteros no eran delanteros, sino centre-forwards, y en las tribunas, de pie observaban los hombres con sus trajes marrón y sus boinas cubriéndoles el sol, con su pipa colgando de la boca, la Copa América ha sido un fiel reflejo de la historia sudamericana, anteponiendo las pasiones y las disputas propias del continente a la organización y el futbol.
La Copa América surgió en el marco del centenario de la Independencia argentina.

José Susan, dirigente de Estudiantes de la Plata lideró el evento y tras una serie de pláticas con Brasil, Chile y Uruguay, surgió el primer Campeonato Sudamericano de Selecciones. El cual, por supuesto, se disputaría en la nación argentina, como homenaje a la libertad. El Estadio GEBA, que por aquel entonces era casa de Gimnasia, sería el escenario en donde se librarían las batallas del torneo continental.
Fue así como el 2 julio de 1916 dio inicio el primer Campeonato Sudamericano de Selecciones. El Estadio GEBA, bien clavado en Buenos Aires, fue testigo del primer partido entre Chile y Uruguay. Ante 3,000 espectadores, los celestes derrotaron 4-0 a los andinos, siendo José Pendibiene el autor del primer gol del torneo. Sin embargo, el duelo no estuvo exento de polémica, pues desde Chile, llegaron quejas por una supuesta alineación de dos jugadores africanos por parte de Uruguay.

El torneo se desarrolló con un tono festivo. Fue tanto el éxito que, con la Copa en curso, Héctor Rivadabia Gómez, uno de los principales dirigentes, propuso la creación de una Confederación que representara al futbol sudamericano, fue así como se fundó la Conmebol. En un principio, solo la integraban los participantes de la Copa, sin embargo, con el paso de los años, se unieron el resto de países de Sudamérica.
El partido definitivo de aquella primera Copa se jugó entre Argentina y Uruguay el 16 de julio de 1916 en un repleto Estadio GEBA. Como un presagio del destino, el duelo tuvo que ser suspendido a los 5 minutos por una serie de disturbios. Lo que ocasionó que el campeón se definiera al día siguiente, en la cancha de Racing. El encuentro terminó con un empate sin goles, sin embargo, el formato le dio la Copa a Uruguay, generando, por supuesto, una enorme decepción en el pueblo argentino.

Con la fundación de la Conmebol, el Campeonato Sudamericano de Selecciones se convirtió en una tradición. Como todo, su consolidación no fue sencilla. Eran muchos los aspectos que debían de definirse. De las primeras decisiones importantes que se tomaron fueron que el torneo se jugaría anualmente y las sedes rotarían entre los participantes. Fue así como el segundo Campeonato Sudamericano se disputó en Uruguay, en 1917. El conjunto Charrúa, una potencia de aquellos tiempos, no desaprovechó su localía y se consagró como Bicampeón del torneo. Al vencer nuevamente a Argentina en el duelo final, en un juego tenso que se definió con un gol de Scarone al minuto 62, ante 40,000 espectadores enardecidos. Uruguay no sólo levantó la Copa, hecha de plata y una gigantesca base de madera. Sino también generó una férrea rivalidad con Argentina. Rivalidad que, como era de esperarse, con el paso de los años crecería hasta niveles insospechados.
Los años siguientes fueron asombrosamente regulares. Las naciones crecían y el futbol comenzaba a tomar un papel preponderante dentro de la población. La Copa del Mundo se vislumbraba en el horizonte y en los Juegos Olímpicos, los goles se gritaban con singular emoción. Argentina y Brasil por fin consiguieron sus primeras Copas y países como Paraguay, se integraban a la organización.

Sin embargo, como ya fue escrito, la historia de Sudamérica se cuenta desde varias miradas. Tras la Copa del Mundo disputada en Uruguay, en 1930, y la polémica final entre argentinos y charrúas, las relaciones entre ambas naciones se rompieron y ahí comenzaron los problemas. La Copa comenzó a sufrir interrupciones por cuestiones ajenas al juego. Aún así, el número de participantes fue creciendo con el tiempo. Los países restantes no quisieron quedarse fuera de un torneo que por cuestiones geográficas les correspondía.
Tal vez la peor crisis de la Copa vino para finales de los sesentas, principios de los setentas. Tras ocho años de ausencia, en 1975 adquirió oficialmente el nombre de Copa América y se modificó el formato, brindando así una mayor estabilidad para los torneos posteriores. En 1986 se tomó la decisión de que la Copa se disputara cada 2 años.

Para 1993, el torneo adoptó su formato actual. Uno de los principales cambios que hicieron al formato fue la inclusión de dos países de la Concacaf. México fue el más beneficiado. A partir de esa fecha, el cuadro Tricolor no ha faltado a ninguna edición. Convirtiéndose así en un habitual.
Desde el 2007 la Copa América se disputa cada cuatro años y parece tener cierta estabilidad. El futbol sudamericano mantiene un prestigio que la Conmebol, más allá de las cuestiones internas, busca mantener. El torneo más antiguo del mundo vibra entre las canchas históricas. Entre los equipos históricos, los de antes, esos que se conocen sólo por lo que cuentan los viejos. Por las hazañas, por las rivalidades de siempre.
Uruguay es el país que más Copas tiene con 15. Argentina le sigue con 14 y Brasil, un tanto rezagado, cuenta con 8. A continuación se presentan los títulos por Selección.
Uruguay 15
Argentina 14
Brasil 8
Paraguay 2
Perú 2
Colombia 1
Bolivia 1
Chile 0
Ecuador 0
México 0
Venezuela 0
Costa Rica 0
Japón 0
Estados Unidos 0
Honduras 0