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POR LUIS GARCÍA OLIVO
ENVIADO ESPECIAL

SAO PAULO.- Argentina cumplió, ella sí llegó a la gran cita.

No se anduvo con rodeos y pese a que se le indigestó la Naranja, se salió con la suya desde los once pasos, sitio en donde hoy no existió la diferencia de Tim Krul o un as bajo la manga de Louis van Gaal, sino que aquí, el portero Sergio Romero se vistió en genio y figura al atajar a Ron Vlaar y Wesley Sneijder para hacer la diferencia, luego de que Messi, Garay, Agüero  y Maxi cobraran a la perfección sin que Jasper Cillessen pudiera hacer algo en el 2-4 definitivo.

Argentina volverá así a una gran final de la Copa del Mundo tras 24 largos años y a la vez, reeditará el gran desenlace de México 86 e Italia 90 en donde igualmente se enfrentaron a Alemania, por lo que Brasil, Maracaná y el portero del Mónaco, Sergio Romero, festejarán  doblemente porque habrá un finalista americano, deseo de todo el continente aunque se trate de la tierra del amazónico.

En tanto que Holanda nuevamente se quedó en la orilla, no logró consumar el objetivo que se le ha negado por décadas y Van Gaal prefirió jugársela con Cillesssen desde los once pasos, más allá de que ya había “calado” a Krul en los cuartos de final contra Costa Rica, hoy se lo reservó y en el pecado llevó la penitencia, la eliminación más amarga, ya que por momentos tuvo al argentino en la palma de su mano, pero fue incapaz de darle el tiro de gracia en 120 minutos.

Así Europa y América tendrán final, Alemania y Argentina irán en busca de su cuarto y tercer cetro mundialista, 24 y 28 años después, respectivamente, en donde se han quedado las arcas vacías, pero hoy, un rayo de luz se asoma en un escenario que será el perfecto, Maracaná,  para levantar la corona del campeón.

DRAMA

El melodrama se extendió hasta los penaltis porque así lo quisieron ambos, y más Holanda ya que estuvo más cerca de la diferencia en 90 minutos y más tarde en los tiempos extra, pese a que Argentina dominó en toda la primera mitad, sin que la figura de Lionel Messi hiciera la diferencia.

No obstante, Arjen Robben estuvo cerca de perforar en varias ocasiones, pero en la más significativa, Mascherano  le puso hielo a una pelota que iba caliente en contacto con las redes.

En contra parte a la primera semifinal en donde  se dio una racimo de goles entre alemanes y brasileños, Argentina y Holanda se fueron al extremo, a los penaltis, ya que de seguir en los 120 minutos nos hubiera amanecido sin abrir el ostión.

En primera porque Argentina le bajó a sus revoluciones de los primeros 45 minutos y la segunda porque a Holanda le faltó lacontundencia, por ende, los manchones fueron la mejor opción para el acierto, error o atajada.

El espectáculo fue pobre, siendo un duelo cerrado y trabado, que  por más que tuvieron sus lapsos, no lograron anotar, posiblemente se respetaron mucho, pero el finalista tenía que salir sin importar los cómos.

Así que Messi guió a los suyos con su primera pelota en las redes, para después continuar con el show de Romero quien le atajó a Vlaar; Ezequiel Garay holgó y Robben apenas marcó el primero para los suyos. El argentino en las tribunas sufrió.

Sin embargo, un profundo respiro se dio cuando Sergio Agüero asestó 1-3 y otra vez Romero voló perfecto para ahora taparle a Sneijder. Itaquera Corinthinas explotó y más cuando Maxi Rodríguez, otra vez Maxi, le dio el pase a los argentinos a la gran final, el mismo que eliminó a México hace ochos años.

Con ello el próximo domingo en el Maracaná de Rio de Janeiro veremos si Argentina alcanza su tercer corona o los alemanes llegan al tetracampeonato. Mientras que Holanda y Brasil se enfrentarán en Brasilia por el tercer lugar de esta Copa del Mundo.

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