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13, junio 2015 - 21:55

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Una noche de alegrías y tristezas vivió México con sus representantes de la UFC 188, victorias brillantes como la de Efraín Escudero, pero el gris tropiezo de Alejandro “Diablito” Pérez.

El evento comenzó bien para los mexicanos en la Arena Ciudad de México, pues Gabriel “Moggly” Benítez también triunfó, sin embargo las derrotas de varios mexicanos apagaron un poco el ambiente en las gradas del recinto.

En la quinta pelea era el turno para Efraín Escudero, primer peleador profesional de la UFC nacido en México, quien se encargó de derrotar Drew Dober en el primer round, en la categoría de peso ligero y ante la euforia de los ahí presentes.

Dober salió de balance tras una patada, situación que Escudero aprovechó para aplicar la “guillotina”, la cual estuvo apunto de zafar el estadounidense, sin embargo el “Hecho en México” apretó hasta lograr que su rival se diera por vencido.

Efraín no desaprovechó la oportunidad para festejar con la bandera tricolor, pues era el primer mexicano que gana antes de cumplirse el primer minuto con marca de 25-9-0 y su oponente quedó con la marca de 15-7-0, 1 NC.

Otra alegría fue la que brindó Henry Cejudo, quien es hijo de padres mexicanos y no defraudó en el octágono, además de salir vestido como guerrero azteca. La batalla se la ganó al Chico Camus, tras vencer por decisión unánime en peso mosca.

“Gracias a todo el público, sé que mis raíces son mexicanas”, dijo Cejudo tras quedarse con la victoria.

La decepción de la noche se la llevó Alejandro “Diablito” Pérez fue sorprendido en la batalla al caer a los 23 segundos, liquidado por un Patrick Williams que, con una guillotina, se llevó la victoria; el “Diablito” salió al octágono en peso gallo y apoyado por una estruendosa afición, sin embargo su estancia en el mismo fue fugaz y quedó, en forma negativa, en la historia de la UFC como la derrota más rápida de la división en la UFC.

Con un derechazo de Williams, Alejandro Pérez quedó en malas condiciones, tan malas que no pudo recuperarse y el estadounidense arremetió contra él y en muy pocos segundos lo liquidó.

Francisco Treviño vivió una noche para el olvido, recibió los abucheos de la afición y además fue derrotado por el estadounidense Johnny Case, quien se impuso por decisión unánime  (30-27, 30-27 y 30-27). Durante esta batalla la gente se metió con los luchadores, pues querían más acción e incluso gritaban en coro “beso, beso”, en burla a la pobre actuación que estaban viendo; además, Treviño, al ser captado por las pantallas, la gente se desvivía en abucheos, lo cual reprobaba el luchador con gestos, no como a Case, a quien la gente aplaudió y apoyó.