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14, junio 2015 - 0:35

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POR ERNESTO CASTELLANOS G.
FOTOS: ALBERTO MONTALVO

EL brasileño Fabricio Werdum se coronó anoche campeón mundial absoluto de peso completo de la UFC, al derrotar en salvaje y sangrienta contienda al ahora ex monarca Caín Velásquez, ante un lleno impresionante en la Arena Ciudad de México, que fue testigo de un encuentro brutal en tres asaltos de los cinco programados.

EL FINAL
La contienda llegó a su fin cuando en ese tercer round Velásquez se lanzó con todo al ataque, desesperado porque Werdum ya le estaba dando una paliza, y sólo terminó por entregarse. El mexicano-americano logró meter varios ganchos a dos manos a Werdum, pero a cambio recibió series de rectos y cruzados del sudamericano, quien lo bamboleó con sus poderosos envíos. Ambos contendientes se abrazaron, se fueron al suelo, pero Werdum logró ponerlo contra las rejas, le sujetó el cuello, lo inmovilizó y lo estaba asfixiando. Fue en ese momento cuando el árbitro intervino con gran rapidez para poner fin al ya desigual pleito, ante el desencanto de las mayorías, que apoyaron ruidosamente a Caín.

BUEN INICIO
Caín Velásquez, impulsado por el gigantesco orfeón, se lanzó al ataque desde que comenzó el primer asalto. Con series de ganchos sacudió la cabeza del sudamericano, le asestó varias patadas a las pantorrillas, pero Werdum apeló al contraataque y con poderosos ganchos a dos manos le cortó las dos cejas a Caín, quien a partir de ahí comenzó a perder la brújula. Caín logró enviar al suelo a Fabricio, pero no buscó el pleito en el piso, sentía que no era su fuerte en esta pelea. Round de Caín, pero a qué precio.

En el segundo acto Velásquez se fue de nuevo al ataque, pero sólo para entregarse. Fabricio lo golpeaba a dos manos, y su fuerte jab de zurda entraba una y otra vez a la cara de Velásquez, quien volvía a sangrar profusamente de sus cejas. Era un espectáculo dantesco, Caín tenía el rostro lleno de sangre, recibía brutales ganchos, pero seguía embistiendo, para ser recibido con opers y rodillazos. Tres ganchos de Werdum parecieron que le volarían la cabeza. Terminó el asalto, ganado por Fabricio por paliza.

Y en el tercero se notó que era cosa de tiempo para que se diera la victoria de Werdum. En el espacio atronaban los gritos del público animando a Caín con el “Sí se puede”, pero los ganchos de Werdum le rebotaban el cerebro al mexicano-americano. Y llegó ese momento en el que cayeron al piso, Werdum supo aplicar la letal llave que le dio el campeonato del mundo.

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