POR ERNESTO CASTELLANOS G.

UNA de las peleas que en su momento conmocionaron el boxeo fue la segunda entre el norteamericano Floyd Patterson y el sueco Ingemar Johansson, el 20 de junio de 1960, por el campeonato mundial de los completos.
Este encuentro alborotó a los aficionados de Estados Unidos y del mundo porque se trataba del pleito de la venganza, además de que se esperaba que Patterson rompiera la maldición que pesaba sobre los pesos pesados que decía: “Ellos nunca vuelven”.
Floyd Patterson ha sido uno de los campeones mundiales de peso completo más populares, porque estuvo involucrado en combates con los más grandes de su peso, entre ellos Muhammad Alí.
Patterson, nacido el 4 de enero de 1935 en Waco, Carolina del Norte, debutó como boxeador profesional a los 17 años de edad, el 12 de septiembre de 1952, cuando noqueó en el cuarto asalto a Eddie Godbold en la Arena San Nicolás de Nueva York.
Patterson tuvo una formidable campaña que lo llevó a disputar el campeonato mundial el 30 de noviembre de 1956, fecha en la que se coronó al noquear en el quinto asalto a Archie Moore en Chicago por el trono vacante. De ese cinturón hizo un total de cuatro defensas, y lo perdió precisamente en la última de ellas, al caer sorpresivamente ante el sueco Ingemar Johansson el 26 de junio de 1959.
Fue una pelea que atrajo multitudes, porque después de muchos años llegaba a disputar el campeonato un peleador rubio y que no era norteamericano. El pleito se llevó a cabo en el legendario estadio de beisbol Yankee Stadium.
Ante la sorpresa general, los golpes de Johansson hicieron visible daño en la humanidad de Patterson desde el primer asalto. Y llegó el memorable tercer round. Johansson salió a buscar el nocaut que le daría el campeonato del mundo. Acribilló al estadounidense a dos manos, y ante el estupor de la gente derribó a Patterson ¡siete veces!, antes de noquearlo definitivamente.
Patterson tuvo la oportunidad de la venganza. La revancha se firmó para el 20 de junio de 1960, casi un año después de la  primera reyerta entre ambos. Esta batalla despertó el furor.
A los aficionados norteamericanos no les cabía que el campeonato mundial pesado no lo tuvieran ellos. Por décadas solo había habido monarcas estadounidenses. Era una afrenta que no los dejaba estar a gusto. Esos aficionados se habrían muerto, si hubieran sabido que actualmente el campeonato pesado por años, lo ha ostentado ¡un ruso¡, Wladimir Klitschko.
Esta vez se enfrentaron en el estadio Polo Grounds de la Gran Manzana. Patterson fue otro. Resistió los golpes de Johansson, y en la quinta vuelta liquidó al sueco para recuperar el campeonato, y convertirse así en el primer campeón pesado que pudo recuperar la corona.
Floyd Patterson le daría una oportunidad a Johansson, el 13 de marzo de 1961 en el Convention Center de Miami. Floyd volvió a noquear al europeo, ahora en el sexto asalto. Patterson perdió el campeonato por segunda vez ante Charles “Sonny” Liston, el 25 de septiembre de 1962, en el Komiskey Park de Chicago. Liston noqueó a Patterson en el primer round.
Patterson fue un buen campeón, que tuvo entre sus mejores triunfos los conseguidos sobre Pedro Agosto, Oscar “Ringo” Bonavena, Terry Daniels, Henry Cooper, George Chuvalo, Eddie Machen y Brian London, entre otros.
Patterson murió el 11 de mayo de 2006.
Johansson nació el 22 de septiembre de 1932 en Gotemburgo, Suecia, y falleció el 30 de enero de 2009. Ganó 26 peleas, tuvo solo dos derrotas y noqueó en 7 ocasiones. El 21 de abril de 1963 sostuvo su último pleito venciendo a Brian London en Estocolmo, por decisión en doce asaltos.
A la segunda pelea entre Patterson y Johansson asistieron un total de 31,892 aficionados Patterson cobró por ese combate 77l,232 dólares, y Johansson 643,107 dólares. El réferi de esa segunda contienda fue el norteamericano Arthur Mercante, quien se dio a conocer en México por haber dirigido los dos pleitos entre Efrén “Alacrán” Torres y Chartchai Chionoi en el desparecido Toreo de Cuatro Caminos.
Patterson tuvo un récord de 64 encuentros, ganó 40 por nocaut, 15 por puntos, tuvo un empate y ocho derrotas. Fue noqueado en cinco ocasiones.