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Mira

17, junio 2015 - 21:06

┃ María Vega

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: ÉRIK ESTRELLA

 

ESTE sábado la fiesta de toros mexicana nuevamente tendrá un festejo que ya despertó el interés a nivel nacional. La empresa Casa Toreros presenta el mano a mano de Antonio Mendoza y el peruano Andrés Roca Rey; el primero, triunfador de las novilladas pasadas de la Plaza México y poseedor de la Puerta Grande. El segundo, dueño de las puertas grandes de Las Ventas de Madrid y La Real Maestranza de Sevilla. Vaya que si no es un cartel para gente grande. Un mano a mano que destaca en un tramo del año que bajan considerablemente las corridas de toros, ya ni hablar de las novilladas y que viene a poner a flote el ambiente en este país para ir calentando motores previo a las campañas que están por comenzar en distintas plazas de México.

Ambos toreros visitaron ESTO, fue la primera vez que cruzaron miradas, ya que no se conocían. Conozcamos su sentir.

MENDOZA

De 21 años, oriundo del Distrito Federal, sin más antecedentes taurinos que la afición de sus familiares.

“Esta novillada es aislada pero muy fuerte, afortunadamente ha levantado expectación en México y la importancia que me responsabiliza es que este tipo de festejos son más aguerridos y competitivos. Ante Andrés, que ha abierto las puertas grandes de Madrid y Sevilla, queda claro la responsabilidad”, indicó Mendoza.

-Pero por parte de México también hace aire, ¿no? Eres el actual novillero triunfador de la Plaza México, ya que también has abierto la Puerta Grande.

“Claro y creo que por eso mismo estoy en esa novillada afortunadamente. Ya son varios mano a manos con toreros extranjeros que de igual forma traen ambiente. Pero en particular, éste me causa mucha emoción”.

Antonio, ante un futuro halagador, de igual forma está por viajar a España para torear, no obstante, para el sábado tiene un pendiente que puede facilitar aún más el brinco al otro lado del charco.

“Se conozca o no al alternante, siempre hay pique. Por el hecho de saber que Andrés trae esas dos puertas grandes, sabido estoy que me va a apretar. Eso me gusta y a la gente será lo que le agradará. Los dos venimos por la parte que nos corresponde”, advirtió.

Luego de la temporada de novilladas en que actuó en la México, Antonio ha sumado festejos como se esperaba, algo así como 18 novilladas, lo cual considera es bastante.

“Ha sido gracias a lo que se ha conseguido antes y lo que me ha dado la Plaza México luego de los triunfos”, dijo.

-Apuntas alto, la pregunta es, ¿de dónde te salió lo torero para llegar a ser una real promesa?

“La afición es de familia, no tengo familiares toreros. De niño (ocho años) le salí a unas becerras y me encantó, luego, ya sabes, este mal ya no se quita. A los 16 años comencé a entrenar en forma y de cuatro años a la fecha, lo que hay, es lo que he conseguido”.

-Entonces, ¿un torero se hace o nace?

“Sin lugar a dudas se tiene que formar un torero. Pero siento que algunas personas, que no necesariamente hayan nacido para ser toreros, pueden tener esa cualidad especial para ser pintores o escritores. Ese sentimiento, que aflora de muchas formas, en mí se manifestó para ser torero”.

 

ROCA REY

De 18 años, nacido en Perú. Su hermano es el matador Fernando Roca Rey; su tío abuelo fue aficionado práctico y otro tío es ganadero. Hijo de tigre…

“Estoy muy contento de estar en México, siempre había sido una gran ilusión regresar como novillero con picadores; estuve en un encuentro mundial en Aguascalientes y desde entonces no había regresado. Espero en verdad poder salir a hombros junto con mi compañero, si Dios quiere”, apuntó Andrés.

“Torear en España era un gran sueño, cuando estaba viviendo en Perú, hace tres años, ni siquiera me imaginaba torear en Sevilla o Las Ventas, lo veía casi imposible. Y vaya, ahora que pisé ambas plazas sentí que seguía soñando, las cosas salieron muy bien gracias a la lucha que se ha hecho”, subrayó.

-¿Te sientes fuereño en México o universal?

“No hay duda que para ser figura del toreo hay que estar en España, el que es figura allá lo es en todo el mundo, para eso estoy allá, para cumplir mi meta. Estar en México alternando ante un torero mexicano y triunfador, lejos de pesarme esa localía, me siento como si fuera a torear en Perú. Cuando uno se pone ahí, frente al toro, la gente se olvida de las nacionalidades”.

-¿Qué de especial tiene este mano a mano?

“Toda la del mundo. Se dice que un torero, en todo el año, tiene tardes claves. La del sábado es una de éstas, sobre todo para que la gente de México me conozca”.

-¿Qué nos puedes comentar del encaste mexicano?

“Por supuesto embiste diferente, en realidad no he tenido la oportunidad de torear un astado de procedencia ciento por ciento mexicana. Todos los encastes tienen un detalle para poder adaptarse, deseo mucho adaptarme y disfrutar”.

-¿Cómo cambia la vida, personal y profesional, después de abrir las puertas más importantes de España?

“Son pequeños logros que uno va obteniendo; cuando quieres llegar a ser figura este tipo de triunfos se asimilan rápido, porque lo de Madrid y Sevilla es importante, pero solamente son parte del camino que nos llevará a donde queremos”.

-Se dice que de Madrid al cielo, ¿es verdad?

“Sí. En ese momento te sientes bien, no te lo puedes creer quizás. Lo soñé y luché tanto que no te lo crees. Al día siguiente sigues escéptico hasta que ves las fotografías para creerlo”.

-¿De pronto da miedo el gran compromiso que te echaste a la espalda?

“Miedo sería no haber tenido un triunfo y la falta de estas responsabilidades. Esto es parte de toda profesión, cada vez se tiene que pisar fuerte ya que las criticas cada vez son más fuertes. Por eso es importante ir subiendo escalones”, concluyó.