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Mira

29, junio 2015 - 9:35

┃ ESTO

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HOUSTON.- Precisamente hace 365 días se escribió una de las eliminaciones más amargas de la Selección Mexicana en un Mundial. Durante 88 minutos tuvo el pase a los cuartos de final, pero en 120 segundos y en el tiempo agregado, Holanda hizo de la suyas gracias al colmillo de Arjen Robben y su inmortal “no era penal”.
Un día como hoy, pero en 2014 desde la ciudad de Fortaleza en Brasil, México jugó como nunca y perdió como siempre, negándose esa dicha de alcanzar el tan ansiado quinto partido. Dicha eliminación caló hondo, pues los naranjas no fueron superiores y México no supo matar. Una vez más la falta de mentalidad positiva originó que los nuestros regresaran a casa como cada cuatro años. Sneijder y Huntelaar, desde el manchón penal, clavaron el fracaso en el orgullo nacional.
Si bien Robben no fue el autor intelectual, pues no anotó, mucho tuvo que ver al aventarse el clavado en plena área chica cuando el balón meredeaba la zona de Memo Ochoa, quien en aquella ocasión fue la figura del partido. Márquez sirvió para que el silbante se fuera con la finta y marcara la infracción, que a raíz de ello se popularizó en redes sociales, en las costumbres mexicanas con la representación de una piñata y hasta en el marqueting al fabricarse playeras, chamarras y bufandas.
El dolor de esa eliminación fue insostenible, pues el gol de Giovani dio inmensas esperanzas al creer que era la buena, pues a ello se agregó el gran juego colectivo de los nuestros y el cansancio que azotó al rival entre el calor y humedad, pero ese pasito de más lo tuvo el cuadro europeo, que no dio nada por perdido y supo levantarse de la derrota, erigiéndose así una flamante eliminación mexicana y una historia que aún se recuerda con melancolía tras la repetitiva frase del “no era penal”.

¿QUÉ PASÓ?
A lo largo de este año, México pudo llevarse el desquite –a manera de consuelo–, pues en el mes de noviembre derrotó 3-2 a los naranjas en Amsterdam, en lo que marcó el retorno de Carlos Vela.
Sin embargo, los europeos ya no eran dirigidos por Van Gaal, sino por Hiddink. Mientras que el Tricolor fue al viejo continente también viajó a San Francisco, Kansas, Los Ángeles, Denver, Chiapas, Querétaro y San Antonio, para tiempo más tarde escribir su reciente fracaso en Chile, durante la primera ronda de la Copa América, a días de una nueva aventura dorada.
Un año, exactamente un año de la trillada y amarga eliminación del “no era penal”.