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3, julio 2015 - 10:15

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MADRID (EFE).- Alejandro Sanz comenzó a apretar el acelerador hace 25 años cuando publicó “Viviendo deprisa” (1991) y se convirtió en un bólido sin apenas paradas en boxes que, ante su próxima gira multitudinaria, reconoce en una charla con Efe que en esa carrera es normal perder a veces el norte.
“En el camino del éxito, en cualquier profesión, siempre hay momentos en los que pierdes la perspectiva. Hay momentos en los que crees que tienes que salvar el mundo, otros en los que crees que nunca habrá nadie que te baje de ese escenario y que siempre estará todo lleno. Luego la vida te devuelve a la realidad”, confiesa el músico madrileño.
Estos días ensaya la gira de presentación en España de su más reciente álbum, “Sirope” (2015), que arrancará el 30 de julio en Córdoba (sur) y que en 2016 tendrá su etapa americana, que empezará el 29 de enero en México y que incluye, entre otros lugares, Buenos Aires, donde recalará el 3 de marzo.
“’Sirope’ cuenta la historia desde que empecé a tener el sueño de subirme a un escenario hasta que por fin me subo. Es una forma de decirle a la gente que cuando tienes un sueño, lo mejor que puedes hacer es agarrarte muy fuerte a él y luchar por ello”, revela.
En esa mirada atrás a sus inicios, hubiera sido una falta importante no recuperar una canción mítica como “Pisando fuerte”, que no había vuelto a cantar desde su primera gira. Sanz informa que para este “tour” volverá a cantar ese tema de postadolescencia.
“Eso sí, la hemos reinventado porque, si no, no había manera de introducirla”, precisa ante un tríptico de pantallas gigantes que simulan una calle neoyorquina, en línea con la producción musical más soul, funk y jazzística de su disco.
Una vez más es Luis Pastor quien se encarga de la escenografía, bajo la atenta mirada y la opinión de Sanz. “Durante una semana entera me siento a ver el concierto sin subirme al escenario y lo único que hago es observar qué está pasando, cómo la escenografía está contando la historia”, dice.
En su opinión, esta gira “es muy roja, como el sirope”, y como en el caso de la anterior, la de “La música no se toca” (2012), vuelve a tener en el techo uno de sus puntos fuertes.

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