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14, julio 2014 - 11:15

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EFE

Las selecciones de Brasil y España encaraban el Mundial en el peldaño más elevado de los grandes favoritos al título, pero a la postre se han convertido en las grandes decepciones del torneo junto a Italia.

Un año atrás disputaron en Maracaná la final de la Copa de las Confederaciones, con triunfo de la Canarinha sobre la Roja de Vicente del Bosque.
Por su condición de anfitrión y por la de gran dominador del fútbol universal en los últimos seis años, ambas selecciones lideraban las apuestas y los pronósticos, pero ni brasileños ni españoles han podido corresponder a tal condición.

España dejó el torneo de forma prematura. Por la puerta de atrás. Completó una más que discreta actuación y batió su récord histórico al ser eliminado tras el segundo partido al perder frente a Holanda (1-5) y Chile (0-2). La victoria final contra Australia (3-0) no alivió un ápice el sentimiento de tristeza y decepción de un equipo que ansiaba por agrandar su época dorada.

La primera mitad contra Holanda fue más que aceptable. Se adelantó con un penalti sobre Diego Costa transformado por Xabi Alonso, pero dos acciones casi seguidas cambiaron el rumbo del partido y de la participación mundialista. Primero David Silva no supo hacer el 2-0 y de inmediato Robin van Persie firmó el empate a uno. La segunda mitad fue el principio del fin de España, que salió goleada y hundida, tanto que no pudo rehacerse ante Chile y cayó fulminada.

Brasil, aun sin convencer, sí que consiguió ir progresando. Con un fútbol que no gustó a casi nadie, se amparó en su gran figura, el barcelonista Neymar, para pasar la primera fase, sobrevivir en octavos a Chile (ganó en los penaltis) y en cuartos a la pujanza de Colombia.

Pero la lesión de Neymar en el encuentro ante los colombianos resultó letal. Sin el delantero azulgrana, la Canarinha fue un juguete roto en manos de Alemania, que humilló en la semifinal a los brasileños con un increíble 7-1.

Pese a tener a todo el país detrás, el equipo de Scolari sucumbió en lo que ya se conoce como ‘Mineirazo’, una hecatombe que para muchos supera el ‘Maracanazo’ de 1950.

Hundida, desmoronada, la selección de Brasil cayó también en el partido por el tercer puesto ante Holanda (0-3). Con Scolari, que la hizo campeona universal en 2002, en la picota, la Canarinha se despidió inmersa en una crisis muy profunda y absolutamente desacreditada. Si en España se habla de renovación paulatina, en en el anfitrión se antoja imprescindible un profundo análisis de la situación y una reconstrucción casi total.

Otros dos campeones del mundo como Italia e Inglaterra sucumbieron en el grupo de la muerte ante la sorprendente Costa Rica y a la luchadora Uruguay.

No obstante, la sensación de fracaso es mayor en la escuadra azzurra, que no sacó partido al hecho de haber ganado el primer encuentro ante los ingleses y de haber levantado importantes expectativas.

Ni supo ni pudo con Costa Rica y Uruguay y el subcampeón europeo se despidió también de forma prematura, igual que Inglaterra, si bien esta última esbozó un futuro esperanzador por los momentos de buen juego y la pujanza de los jóvenes.

Portugal fue la otra gran derrotada de la primera fase. Con Cristiano Ronaldo en deficiente situación física, los lusos comenzaron mal al encajar una goleada ante Alemania y no tuvieron argumentos para recuperarse. Aunque tuvieron opciones hasta el final no se dio el milagro y volvieron a vivir otra decepción mundialista.

La anfitriona del próximo Mundial, Rusia, también cayó en la fase de grupos. Pese a disponer del técnico más ‘caro’ del torneo, el italiano Fabio Capello, no supo aprovechar un grupo bastante accesible que lideró Bélgica y en el que le superó también una de las sorpresas del torneo, Argelia.

En menor medida cayó inesperadamente a las primeras de cambio un equipo como Croacia, que partía con aspiraciones de reverdecer laureles e incluso luchar por alcanzar el tercer puesto de Francia’98.

Los balcánicos, con un centro del campo de quilates integrado por el madridista Luka Modric y el nuevo barcelonista Ivan Rakitic, cedieron ante Brasil y México y tan solo se dieron una alegría ante Camerún, que a la postre fue el peor equipo de la competición.

Los ‘leones indomables’ perdieron de nuevo dicha condición y la despedida de Samuel Eto’o de los mundiales fue triste y dolorosa, como la de otra de las figuras del fútbol africano, el marfileño Didier Drogba.